A don Miguel de Unamuno

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XIII

A DON MIGUEL DE UNAMUNO

Por su libro Vida de
Don Quijote y Sancho.


Este donquijotesco
Don Miguel de Unamuno, fuerte vasco,
lleva el arnés grotesco
y el irrisorio casco
del buen manchego. Don Miguel camina,
jinete de quimérica montura,
metiendo espuela de oro a su locura,
sin miedo, de la lengua que malsina.

A un pueblo de arrieros,
lechuzos y tahures y logreros
dicta lecciones de Caballería.

Y el alma desalmada de su raza,
que bajo el golpe de su férrea maza
aun duerme, puede que despierte un día

Quiere enseñar el ceño de la duda
antes de que cabalgue, al caballero;
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda
cerca del corazón la hoja de acero.

Tiene el aliento de una estirpe fuerte
que soñó más allá de sus hogares,
y que el oro buscó tras de los mares.
El señala la gloria tras la muerte.

Quiere ser fundador y dice: Creo,
Dios y adelante el ánima española...
Y es tan bueno y mejor que fué Loyola:
sabe a Jesús y escupe al fariseo.