Adivinas infantiles: 3

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​Adivinas infantiles: 3​ de Fernán Caballero


101

«Ave» tengo yo por nombre,
y es «llana» mi condición;
el que no me lo acertase,
le digo que es un simplón.

102

Alto altanero,
gran caballero,
gorro de grana,
capa dorada
y espuelas de acero.

103

Cuatro losas,
cuatro pelosas,
dos esparavanes
y un oseador de moscas.

104

Altos padres,
chicas madres,
hijos prietos
y blancos nietos.

105

Hablo y no pienso,
lloro y no siento,
río sin razón
y miento sin intención.

106

Arca chiquita, de buen parecer,
ningún carpintero la ha podido hacer,
sino Dios con su poder.

107

El boticario y su hija,
el médico y su mujer,
se comieron nueve huevos,
les tocaron a tres.

108

Un huevecito prieto,
con su huevero,
y que tiene muy alto
el ponedero.

109

Un convento muy cerrado,
sin campanas y sin torres,
con muchas monjitas dentro
haciendo dulce de flores.

110

Una arquita muy chiquita,
y blanca como la cal,
que todos saben abrir,
pero ninguno cerrar.

111

De siete hermanas que somos,
yo la primera nací,
y la más pequeña soy.
¿Cómo podrá ser así?

112

Veinte patos caminaban,
todos al mismo compás,
y los veinte caminaban
con una pata no más.

113

Cuatro caballitos,
que todos danzan,
y por más que corren,
nunca se alcanzan.

114

Cincuenta damas,
cinco galanes;
ellos piden pan,
ellas piden ave.

115

Una torre muy alta, muy alta,
a la que la cal y el canto le falta;
tiene bóvedas más de un ciento,
y la lleva y la trae el viento.

116

Entre sábanas de holán
y cortinas de marfil,
parió la reina un infante
más verde que el perejil.

117

Grande cuando niña,
grande cuando vieja
y chica en la edad media.

118

Es tanto mi poderío,
que si mil hijos tuviera,
a cada cual su corona
le pondría en la cabeza.

119

Aliqué, aliqué, aliqué,
que no tiene alas, ni pico, ni pies;
y su hijo el aliconcillo,
tiene alas, patas y piquillo.

120

Pingue, pingue, está pingando;
mango, mango, lo está mirando;
si pingue, pingue, cayera,
mango, mango, lo cogiera.

121

Tiene la cara de oso,
tiene cabeza de vaca,
tiene dientes en las patas,
y nace en un calabozo.

122

Más de cien damas hermosas
vi en un instante nacer,
encendidas como rosas,
y en seguida fenecer.

123

En un huerto no muy llano
hay dos cristalinas fuentes;
no está a gusto el hortelano
cuando crecen las corrientes.

124

¿Quién fue el que nunca pecó,
ni jamás pudo pecar,
y que se vino a encontrar
en la Pasión del Señor,
y no se pudo salvar?

125

Nací como clavellina,
me crié como redoma;
de los huesos de mi cuerpo
todo el mundo se enamora.

126

Yo sé de una campanilla
que tan de quedito toca,
que no la pueden oír
no más que las mariposas.

127

Unas regaderas
más grandes que el Sol,
con que riega el campo
Dios Nuestro Señor.

128

Cuatro caballitos
van para Francia,
por mucho que corran,
nunca se alcanzan.

129

Blanca como la paloma,
negra como la pez,
habla y no tiene lengua,
anda y no tiene pies.

130

Desde que nací soy viuda,
y lo más extraño ha sido
que nunca me vi casada,
ni he conocido marido.

131

Soy un señor encumbrado,
ando mejor que el reloj,
me levanto muy temprano
y me acuesto a la oración.

132

Mandome Dios que volase,
y obedecile veloz,
y así, por doquier que pase,
canta sus glorias mi voz.

133

Verde fue mi nacimiento,
encarnado mi vivir,
y negra me fui poniendo,
cuando me quise morir.

134

Crió Dios dos avecitas
en el vivir tan conformes,
que la que come no bebe,
y la que bebe no come.

135

Un gatillo vi que hacía,
no es mentira ni lo invento,
con una piedra en la boca
un relámpago y un trueno.

136

Una cosa que tiene ojos de gato,
orejas de gato, patas de gato,
rabo de gato, y no es gato.

137

Ayer vinieron,
hoy han venido.
vendrán mañana
con mucho ruido.

138

¿Qué es lo que se dice una vez en un
minuto y dos en un segundo?

139

Doña Ursula de Mendriola
está en su cuarto, triste y sola;
«la», cátala, «la», mírala,
«la», escúchala.

140

Entre los ciento cincuenta
hay una tela estirada,
no es de hilo, ni de seda,
ni tejida, ni labrada.

141

Entre unas paredes blancas
hay una rosa amarilla,
que se puede presentar
al mismo Rey de Castilla.

142

Entre pared y pared
hay una santa mujer,
que con el diente
llama a la gente.

143

En el campo se crió,
verde como la esperanza,
de los hombres es amigo,
y a las mujeres espanta.

144

Alto y más alto,
redondo como un plato,
negro como la pez,
¿a que no me lo aciertas en un mes?

145

Una cajita redonda.
blanca como el azahar,
se abre muy fácilmente,
y no se puede cerrar.

146

Vueltas y vueltas
doy sin cansarme;
mas si no bebo
paro al instante.

147

Largo, largo,
como un budillo,
redondo, redondo,
como un ovillo.

148

Vestida nací,
por más gentileza,
cortáronme gentes
mi pobre cabeza;
ando por el mundo, gimiendo y llorando,
y con lágrimas negras voy hablando.

149

Una vieja va por brevas,
y las coge sin mirar,
blandas, duras, chicas, grandes,
y de Dios viene «enviá».

150

Estando quieto en mi casa,
me vinieron a prender;
mi casa se salió por las ventanas,
y yo preso me quedé.


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