Diccionario crítico-burlesco: 01

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Introito[editar]

Los duelos y quebrantos que la patria padece, deben de antojárseles flores y perlas á ciertos santos varones que, enseñados á recetar en carnes agenas sendos y crudos azotes á salvo de las suyas, nunca piensan que cruje bastante recio el azote de la desdicha. Rayos del cielo ven ellos serenos caer; y si los conjuran, no es sino porque no caigan en su tejado; pues aunque el mundo todo se abrase, nada les duele mientras no les anda el fuego á quema-ropa, ó prende a su pegujar. Con este género de indolencia hacia las agenas cuitas, que los hace sordos á los ayes de la humanidad, no sé decir bien si por pique ó mero floreo nos han tratado de meter en casa la guerra teologal, mas ominosa y mortífera aun que la napoleónica, que el tifus-icteroides, y que todas las plagas juntas de Faraon.

Pero sea cual fuere la causa, de tefcleo no hay dudar: la guerra tronó. Dias ha ya que mi corazon présago y leal me lo, pronosticaba: siempre me temí que desplumados los aguiluchos de Pirene, tendriamos por lo menos que ponernos careta, cuando no andar á tiros, contra la negra banda de los cuervos, que habia de pugnar por sacar los ojos á los que ven claro, para tener el orbe á media luz, ó dejarle á buenas noches. La lucha de la luz y las tinieblas habia de renacer: lucha terrible y porfiada que apenas deja tal cual respiro á las naciones, y que empezó con él mundo y con él acabará.

Al cabo, si todo ese aparato bélico fuese por puro alarde, para ponerse á punto de guerra contra los enemigos de Dios, muy santo y muy bueno: justamente en ninguna parte mas bien que en esta plaza, se puede plantear una academia para ejercicios de las de Cristo. A la verdad, ¿en que han de aburrir el ocio que los atedia, tantos, taumaturgos como aquí se abrigan, viviendo horros y sin sujecion a coro ni campanilla? - En nada mejor que en figurar guerras galanas contra infieles y hereges, al modo que la turba muchachil juega á Españoles y franceses por solo pasatiempo y pia aficion. Por eso quisiera yo creer (¡asi Dios me oiga!) que todas esas algaradas que nuestros teólogos campeones levantan, no son sino, simulacros de la furibunda guerra que preparan contra los impios de allende: pues seria cosa de que se reiria el diablo tener en frente á los enemigos del Señor, y venirnos a convertir á nosotros los que (por la misericordia de Dios) nos preciamos de católicos, apostólicos, romanos.--Mas para juego, si juego es, ya parece que va siendo algo pesado.

Juego empero le creería yo á pesar de los pesares, si lo mas racional fuera siempre lo mas de creer; pero suele ser todo lo contrario [1]. Este, pues, no parece ya juguete ni ensayo de ninguna espedicion santa contra los infieles y desentrañados prosélitos de Napoleon, que del Vidasóa al Guadalete infestan la católica España. No es juego, no, sino arrebatado desfogue de pasiones humanas: porque es de saber que los mirmidones de las falanges teologales, con el hábito que visten, ni se han desnudado de carnales afectos, ni revestidose del carácter y virtudes de cuerpo glorioso; y si bien miran los males agenos con indiferencia mas que estoica, los propios los sienten tan esquisitamente, que en tocándoles al individuo ó al cuerpo, luego chillan hasta el cielo inflamados de mortal corage.

Ahora bien, estos infelices, así como nosotros los desterrados hijos de Eva, todo lo han perdido en estas tristes circunstancias; todo, menos el apetito de poseer ilimitada y omnímodamente: el comer no se escusa, y no tienen que; el vestir ni mas ni menos, y délo Dios. Por otra parte, los tiempos en que las avecitas del cielo bajaban á traer á los siervos del Señor la pitanza en el pico, ya voláron: cuando una comunidad no tiene que llevar á la boca, las campanas no se tocan solas para despertar la caridad de las buenas almas, como antes diz que se tocaban en los conventos de los padres de Teati. Vense los pobretes sin rentas, sin refectorios, sin amas que los popen, sin devotas que los mimen, que los amadriguen, que los regalen el bocadito, el bote de rapé, y sobre todo el rico chocolate macho aromático y potencioso; no como este que acá tomamos dulzaino y clarion mas que la purísima verdad. La Estampa de la que tiene cara de herege se les ha puesto al ojo por la primera vez: el hambre les roe los intestinos; concomelos la desesperacion de no poder volver á las ollas de Egipto. Esto, claro está que no puede engendrar buen quilo: y así descomidos, trasijados y mohinos, aguzan el, diente, y dan la tarascada mortal. Morder y ladrar, este es su ejercicio cotidiano; pero no diré yo, como algunos naturalistas, que esto lo hacen porque son bichos dañinos; hácenlo por estímulos de un natural instinto, para gastar la verdinegra bilis que les pudre los hígados: muerden en fin, porque tienen hambre.

Ladrando así de hambre y rabia, hincan el diente canino aun á los de su mismo pelo; pintiparados en esto á los perros de Zurita, los cuales dice el comun proverbio que cuando no tenian á quien morder, se mordian unos á otros [2].


Para aumentar la fuerza de esta que digamos iglesia militante, sus caudillos han levantado bandera, allegando á su faccion, amen de la cleriguesca, sin escluir capigorron ni clerizonte, á cuanta gente lega pueden enganchar: caballeros y villanos, hidalguetes de gotera, hombres de capa y espada, gente de gallarusa, y.... por fin de toda broza. En esta behetria sacroprofana se distinguen por sus circunstancias ciertos señores mayores (muy viejos ya para aprender oficios nuevos), optimistas apasionados de otros tiempos, y tétricos pesimistas del presente órden de cosas, los cuales estan empeñados en persuadirnos que la máquina de este mundo no podia andar mejor que andaba; y no es sino porque rodaba la bola en derecho de su dedo.

Pero ¿que nubarron de polvo y humo se levanta hácia la Selva-negra, que nos roba la luz del dia? El manto de la noche acaba de envolvernos en medrosas sombras: los luminares del orbe parece que han estinguido todos su vivifica lumbre. En tanta lobreguez solo se divisan de trecho en trecho fugitivos relámpagos, semejantes á los fuegos fatuos de las sepulturas.--Las luces se multiplican: las chispas imperceptibles se convierten repentinamente en voraces hogueras, á cuya tercianaria luz se alcanza á ver una confusa muchedumbre de gente como de guerra, sino que sus insignias no puedo distinguir bien si son bandera, pendon, ó manga parroquial.

Ya se dividen en pelotones, ya marchan en hileras. Que se acercan. --Raro uniforme es el que gastan! de encamisada van los unos; por fajas llevan otros, cual salteadores, ceñidos los rijosos lomos con sendos cordeles y sogas esparteñas: caperuzas y moriscos birretes se calan aquellos en lugar de gorras ó morriones: á la fé que no se decir si esto es ejército, mogiganga, ó procesion de disciplinantes.

Mas ya llegan ... --¡Ay, que son ellos! el ejército de los Fariseos es: etelos, ete ahi sus banderizos adalides. No les ois entonar el fatal exurge? ¿no sentis el clamor, rabioso de ¡heregia, heregia! que casi sufoca el grito de salvacion de ¡VIVA LA LIBERTAD, Y MUERAN LOS TIRANOS! ¿No los veis caminar impávidos, baldas en cinta, con un libro negro por escudo en el siniestro brazo, y en el derecho un tizon encendido, que giran y revuelven haciendo estramboticas culebrinas, las cuales quieren figurarnos que son fuego del cielo? --Ahora cierran en masa: que disparan ¡bomb! --¡Santa Bárbara bendita, que tronada! Inmensos balones de papel impreso zumban por los aires: al campo de la libertad van disparados todos: contra los patriotas tiran: su empeño, es destruirlos, destruir sus obras, derribar el baluarte de nuestra independencia.....

¡Como, villanos!.... ¿A los mismos que os defienden contra la tirania, á vuestros mismos hermanos asestais vuestros tiros? Las armas que os dimos para defensa de la religion, ¿las volveis! aleves! contra la patria? Si el amor de Dios y del Rey os anima, ¿por que no saltais á vengarlos al campo enemigo? Allí están los verdaderos enemigos de la Magestad divina y humana: los que allánaron la casa del Señor, los que profanaron sus santas imágenes, los que robáron, quemáron y convirtiéron los templos en establos. Y entónces ¿que hicísteis vosotros los guardianes del templo y los altares? Callar, huir, ó proclamar como enviado del Eterno al monstruo de Córcega, abortado por los negros abismos. Y ahora que estais en seguro, ¿venis blasonando de zeladores de la religion y la patria? ¡Hipócritas! se os conoce: vuestra religion es vuestro vientre, y vuestra patria todo pais de cucaña.

La que estos tales tenian en España ya la ven perdida, y hasta la esperanza pierden de restituirse á su pristino estado de holganza: de la posesion los despojan las bayonetas francesas; de las esperanzas, las razones de los políticos ( ó seanse filósofos) liberales. De aqui es que franceses y liberales para ellos son todos unos: por tan enemigos tienen á estos como á aquellos; y aunque bien hubieran querido cerrar con los franceses y abrasarlos á escomuniones, cuando no pudieran á fuego lento, sin embargo, no parece sino que han capitulado con Napoleon y sus legiones, segun lo poco ú lo nada que en su contra han jugado las armas espirituales allende y acuende. Ellos, sin duda, se han temido de este ataque muy malas tornas; y á fuer de buenos tuciorístas, han creido asegurar mejor el golpe tirando a los liberales: contra estos descargan toda su furia (que para los desdichados se hizo la horca), jurando de no deponer las armas hasta verlos á todos turrados en parrillas.

No es otro el fin de la presente guerra, ni aspiran á menos para su completo triunfo, que abarrenar la CONSTITUCION: la Constitucion, obra maravillosa, que,si no ha sido trazada por los liberales, estos á lo menos han trabajado con incansable afan en juntar los materiales para su construccion, en despejar el campo y zanjar los cimientos. Para ampliar, ademas, su planta y asiento, y coronar sus alcazares, ha sido preciso ocupar antiguos solares y derribar algunos cimborios. Hinc prima mali labes: de aquí la rabia canina de sus presuntos dueños contra los arquitectos y operarios: de aquí toda esa metralla de Diarreas, Clases vindicadas, Cartas críticas rancias, Luces brillantes, Diarios vespertinos.... ; y de aquí el empeño temeron de derribar á papelotazos la Constitucion española. ¡Que delirio! eso es lo mismo que intentar demoler un castillo de bronce disparándole pelotas de viento y copos de algodon cardado.

Uno de los proyectiles arrojados con mas dañada ira, aunque parece echado al desgaire, es seguramente el Diccionario razonado manual. Como, hablando sin tropos ni figuras, en el critico burlesco que le contraponemos, indicamos lo bastante para que se forme de él juicio cabal, tenemos por impertinente el reproducir aqui el nuestro.

Diremos, no obstante, que el tal Diccionario manual es un buscapié lanzado á los incautos, para ver si á alguno se le enreda la culebra. La libertad de la imprenta que tanto ponderaban de ruinosa para la religion los enemigos de ella, despecho suyo que todavia no ha desmandado á ningun escritor de los que ellos llaman filósofos; y para empeñarlos á un lance de que tomar pretesto para apellidar escándalo, y causar un entredicho, los van provocando con absurdos y atrayéndolos al atrio de la iglesia, por si pueden cogerlos entre puertas. Peleando á ley he llegado yo hasta el umbral; pero ¿entrometerme?... guarda, Pablo. --El Diccionario, como iba diciendo, razonado (por antífrasis) es sobre todo una continua invectiva contra la filosofia y la razon humana. La causa de esta tirria ya queda arriba significada: el negro interés. El diccionarista y sus agavillados no quieren que pensemos, sino que, digamoslo así, seamos como ántes pensados por ellos: ellos quisieran continuar en el alto señorío que se habian arrogado del pensamiento espidiendo de su mano las licencias de pensar, y negando ú recogiéndoselas á los que no fueren ángeles de su coro. Por eso inculcan tan absurda y tercamente que todas las calamidades que lloramos son fechorías de filósofos: rara tema, á que no encuentro semejas sino con la de aquel lunático andante que siempre achacaba á los encantadores las malandanzas á que le arrastraba su derrumbado juicio. Cuando desde el negro Torquemada, es decir, cuando hace tres siglos que casi no tenemos un filósofo, un sabio de primer órden en ninguna línea; cuando el el español que queria pensar tenia que cerrarse debajo de cien cerrojos, y aun no estaba seguro de los esbirros del despotismo espiritual; cuando en fin las trabas puestas a los ingenios nos habian arrocinado en términos que si ya no andábamos en cuatro pies, era por un favor especial de la providencia (de Dios, para que todos me entiendan): hacer tales recriminaciones á la filosofia y al libre pensar, es la mas clásica de las injusticias sino la mas chocante de las necedades.

Y no se crea que esta esclavitud de potencias habia sujetado mas las voluntades á la virtud. Las sendas de la virtud, para que podamos bien seguirlas, han de estar alumbradas por la luz de la sabiduria: el entendimiento guía á la voluntad: con los ojos vendados y la cadena al pié no se puede hacer gran jornada en el camino de la perfeccion. Confesemoslo ya para nuestra confusíon y escarmiento: por menos ilustrados, no hemos sido mas virtuosos. Tiendase la vista por estos veinte últimos años, y se verán escándalos y abominaciones que hacen envidiar por mas puros los dias aciagos para la humanidad, de los Calígulas y Tiberios. La corte del rufian Manolo y su coima salaz y antojadiza, causa principal de nuestros males, ¿se componia por ventura de filósofós?

¡Eh! cesen, cesen ya esos predicantes hazañeros de imputar nuestros males á los filósofos que no tenemos. ¡Ojalá tuviéramos muchos! « Bienaventuradas (dice un antiguo Español) [3] llamaba Platon, las repúblicas, donde los filósofos mandan, ó los reyes son filósofos. «Pero, en nuestro suelo, malaventurados podemos llamar á los filósofos, porque de ellos no es el reino de este mundo, y hasta se les quiere disputar el del otro.

«Virtud y Filosofía
Peregrinan como ciegos:
El uno conduce al otro
Llorando van y pidiendo.» [4]

Por otra parte.) ¿que podremos juzgar de las diatribas sempiternas de los que se titulan serviles contra la humana razon que se empeñan en deprimir, cual si fuese algun don del diablo? Necio sobre temerario empeño es el suyo de vedarnos como pecaminoso el uso del pensamiento. Cuando necesitamos ver mas claro, quieren apretarnos nudo sobre nudo la venda del error y la ignorancia; pero ya no es tiempo: estamos muy desengañados, hemos aprendido mucho en la escuela de la desdicha, y tenemos á la vista el espejo, en que debemos mirarnos; de esa gran nacion que nos auxilia contra el Tirano (y quiza no nos auxilia mas sino porque nosotros sabemos menos), de ese pueblo idólatra de la libertad, el cual con la de la imprenta ha llegado al mas alto punto de saber y poderío. Sobre todo hemos probado ya el gusto sabroso de la verdad: y cuando una vez se ha gozado de la benéfica luz del sol, ¿quien es tan sandio, que cierre los ojos para andar en tinieblas?

¿A que, pues, esa tema tenaz de que renunciemos á la razon? --Seamos de buena fé, señores serviles, y veamos para que nacimos. Alma y potencias nos dió el Criador para discurrir, bien que con peligro de errar: cuerpo con órganos y sentidos para obrar, aunque á riesgo de mal obrar y de servirle: de libre alvedrio nos dotó en uno y otro porque nuestros aciertos quiso que fuesen meritorios, y mas aceptas nuestras buenas obras. ¡Cumpliriamos bien con el fin para que fuimos criados, si por no errar nos condenásemos á no pensar, viviendo como brutos; y por no tropezar, nos abandonásemos a un absoluto quietismo, vegetando, como troncos!

Pero Dios que hizo al hombre racional y sensible, y no piedra dura, le crió para vivir, no para existir solamente. Y ¿que es vivir sino ejercer con toda la plenitud posible las facultades de que el cielo nos dotó ? El hombre nació para el movimiento y la accion: y pues esta vida, es espresion de los contemplativos, es una peregrinacion para la eterna; y ya que el Supremo Hacedor no nos ha hecho imposibles, si podemos ir por sendas de flores, no caminemos por entre espinas y abrojos: y vamos traginando hácia, el otro mundo, adonde, no se yo de los demas, pero de mí se decir que tengo poca prisa de llegar. Dios me oiga, y el diablo sea sordo: y aquí paz y despues gloria. -- AMEN.


  1. Credo quia absurdum: decia un gran padre de la iglesia.
  2. El escándalo ha llegado á términos que, aun en las mismas Córtes, los eclesiásticos se han ergüido de hereges los unos a los otros tan ridícula como gratuitamente.
    Desdichado balandran,
    ¿Cuando saldrás de empeñado.
  3. Gómez Tejada, en la obra: EL FILÓSOFO: ocupación de nobles y discretos sobre la Etica, Económica y Política de Aristóteles, etc.
  4. LOPE DE VEGA, en el romance moral de sus Soledades.