Discurso de Cristina Fernández en la presentación del Anteproyecto de nuevo Código Cívil y Comercial unificado

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Discurso de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la presentación del Anteproyecto de nuevo Código Cívil y Comercial unificado. 28 de marzo de 2012.


Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; esto yo creo que es uno de los milagros, creo que no debe haber habido Código Civil con consignas, presentación de Código Civil con consignas tan fuertes, lo cual también revela los nuevos tiempos. En realidad, cuando yo recién escuchaba al señor Presidente de la Corte, al Doctor Ricardo Lorenzetti, explicar la necesidad de tener un nuevo Código, yo digo que bastaría decir que el que tenemos ha sido sancionado, en el siglo XIX, y estamos viviendo en el siglo XXI. Con eso sólo estaríamos significando claramente la necesidad de adecuar a los tiempos, que corren en las relaciones humanas, y en las relaciones comerciales ese viejo instrumento, que supo ser muy moderno y que fue el acto de codificación más importante que se dio en el siglo XIX.

Ricardo Lorenzetti hablaba de los fracasos, en realidad hubo siete intentos de modificación del Código Civil, desde 1936 – si mal no recuerdo – en adelante. Esos fracasos no fueron solamente en la redacción, en la sanción de un Código Civil; los argentinos hemos arrastrado durante buena parte del siglo XX muchos fracasos en todos los sentidos. Y por lo tanto, la adecuación, la actualización de nuestro Código Civil, de nuestro Código de Comercio, en este caso, la reunificación, no tenían que esta fuera de esa serie de fracasos, que significaban la imposibilidad de poder formular, aún en la diversidad, porque es imposible acordar un instrumento de 2.500 artículos – ha quedado reducido a 2.500 artículos – de la suma de lo que eran los 4.000 del Código Civil, más los 500 y algo del Código Comercial, es imposible estar de acuerdo con todas las instituciones, fundamentalmente las que normalmente traen mayor discusión y mayor debate, aquellas que se refieren a los derechos personales y personalísimos, aquellos que son las vinculaciones familiares, las cuestiones comerciales con las innovaciones importantísimas de poder adecuar a los tiempos modernos de modo tal que pueda existir la sociedad de un solo socio, como recién acaba de enunciar en este anteproyecto. Y que es tan importante que va a permitir incentivar las inversiones, porque muchas veces alguien que puede tener una capacidad patrimonial importante decide no hacerlo porque tiene temor a arriesgarse en un determinado negocio, tiene temor a arriesgar una sociedad con otra persona – que siempre es difícil – y por lo tanto no termina no invirtiendo.

Si una persona, una sola que tiene contenido patrimonial importante puede realizar un negocio limitando su responsabilidad patrimonial a lo que decide invertir en ese negocio es también una manera de incentivar a la inversión. Porque todos sabemos que la inversión está directamente vinculada con el grado de riesgo del inversor. Esto es traducir también en términos concretos y económicos lo que significa el impacto de las modificaciones que se han propuesto en el anteproyecto.

Yo quiero detenerme muy especialmente en lo que constituyen derechos personales y personalísimos y que hacen a la vida cotidiana de la gente. Ustedes se acuerdan que en el año legislativo anterior yo había anunciado la presentación de un proyecto de Ley de Adopción. Conozco mucha gente que quiere adoptar un hijo y tiene numerosos inconvenientes; al mismo tiempo veo numerosos chicos sin protección, sin familia y entonces me parece una absoluta injusticia que por artilugios legales, que por cosas que me han tocado muy de cerca en nuestra propia familia, que ante la imposibilidad de gestación una persona tenga que sufrir porque quiere tener un chico, cuidarlo y darle amor.

Yo creo que es una de las cosas que tenemos que solucionar y también pedirle a toda la Justicia, fundamentalmente del sector de familia que muchas veces es cierto están atiborrados de trabajo, pero yo veo que en otros sectores de la Justicia – como por ejemplo – en la cuestión previsional, en todas las cuestiones que tienen que ver con contenido patrimonial las cosas salen mucho más rápido y los jueces atienden muchos más rápido estás cuestiones, que cuando hay una denuncia por violencia doméstica por necesidad de proteger a la mujer y a la familia. Porque claro las cuestiones de familia, los que tienen normalmente problemas de familia que no pueden resolver porque no cuentan con asesoramiento de abogados que puedan abonar sus honorarios, están con un defensor oficial, con una defensora oficial entonces se producen situaciones sociales que realmente nos impactan y luego bueno detallan – por momento – con cierto grado de morbosidad también en algunos medios de comunicación. Y yo les pido, por favor, que traten de limitar esto porque esto tiende también a provocar conductas repetitivas en las personas y por lo tanto yo les pido por favor, y esto no significa cercenar el derecho a la información. Pero por momento detallar hasta casi deleite pareciera determinadas situaciones horrorosas de violencia sobre mujeres, sobre chicos induce a conductas repetitivas. Eso está comprobado psicológicamente, psiquiátricamente y tiene que haber también una responsabilidad de quienes informan de no ocultar, pero de si de evitar dar detalles que exacerban la morbosidad y la violencia que también existe en los seres humanos. Yo no voy a decir en la sociedad como si fuera un problema de la Argentina, porque la violencia es una cosa que hace a la condición humana.

Por eso las instituciones – como la simplificación del divorcio – y escuché con mucha liviandad catalogarlo porque hay una tendencia al bastardeo de los términos al hablar de “divorcio express”. El divorcio es una de las causas de estrés, está comprobado – después de la pérdida del cónyuge –es la primera causa de estrés de una persona y la segunda causa es el divorcio. A nadie le gusta divorciarse porque cuando uno se casa lo hace para todo la vida con la persona que cree amar para toda la vida. Por lo tanto simplificar este trámite y no tornarlo en una tortura en personas que han dejado de amarse o una de ellas lo ha hecho. Porque esa es una de las modificaciones que se introduce precisamente; la otra gran modificación había sido la de Borda, en la reforma de la 17711, que era el divorcio de mutuo consentimiento, que había constituido un salto cualitativo a lo que era el divorcio contencioso. Estamos hablando de las cosas cotidianas de todos los días, no estamos hablando de cosas abstractas. Y yo creo que estamos dando un salto cualitativo al permitir que una sola de las personas manifieste su deseo de divorciarse y esto sea suficiente. Y esto no es liviandad, como he leído por ahí, esto es responsabilidad, porque así como cuando dos no quieren no hay pelea, tampoco puede haber matrimonio cuando dos no quieren. Tienen que querer los dos para que haya matrimonio. Esto es de esa manera, así que lo único que se está haciendo es receptar y además también evitar situaciones. La protección de los niños que tiene que ser vital en esto, porque pasa no solamente…lo más común, lo que más acostumbrado estamos a ver por allí que pasa es una madre que demanda alimentos porque el padre no se lo paga, pero yo también quiero hacerme cargo – desde mi condición de mujer – de situaciones que se producen cuando los chicos son tomados como rehenes en medio de disputas conyugales y terminan los niños pagando la consecuencia, algunos en forma horrorosa y otros en forma de complejos y de problemas que los acarrean durante toda su vida por situaciones de violencia y demás.

Por eso creo que toda la justicia y todo el derecho, en materia de familia, tiene que estar – primero – a proteger a los niños, a los menores porque son los que merecen más protección. Los mayores de edad tenemos elementos por allí y tenemos instrumentos y formas de poder defendernos. ¿Cómo puede defenderse una criatura? Por eso también tenemos que bregar porque los jueces escuchen a los niños, cada vez más, por favor, en todas las cuestiones de derecho de familia.

También vivimos en un siglo, en el cual el avance de la ciencia ha sido muy significativo y ha permitido no ya por ahí tener que esperar una adopción, sino poder – a través de instrumentos científicos, como es la inseminación artificial – lograr tener un hijo. Y esto también tiene que estar contemplado y esto también tiene que estar protegido. Y también es cierto lo que mencionaba el doctor Lorenzetti, el gran dilema que hoy tiene la ciencia con los embriones que no son usados, porque una madre queda fertilizada y han fertilizado a varios embriones. Bueno, en este caso en anteproyecto va a delegar en una ley del Congreso la legislación de cómo va a ser el tratamiento de esta cuestión, que es muy delicada, muy de conciencia y que seguramente el Parlamento – como siempre lo ha hecho – va a escuchar a todas las posiciones, pero no podemos olvidar que estamos viviendo en el siglo XXI.

Y también el tema de la gestación sustituta que también se hace a través de control judicial; o los contratos pre-nupciales también que están vigentes en muchísimos países. Hoy leía un editorial un tanto contradictorio, porque criticaba un poco esta presentación – buena siempre critican todo y ya sabemos quién lo hace – pero decía algo así como que era inmoral esta suerte de divorcio rápido porque eliminaba la culpa. Me pareció casi para el psicológico o el psiquiatra, pero que eliminaba la culpa, que no exponía, por ejemplo, quién había cometido infidelidad. Hablaba de que eso era inmoral, pero al mismo tiempo y a continuación decía que era muy moral hacer contratos prenupciales, se ve que bueno. .. ni es inmoral lo otro, ni es moral porque las relaciones entre las personas, el matrimonio no se hacen en base a la moral. Quién puede hablar en una relación de pareja de cuál es la moral e imponer una moral a una pareja, a un matrimonio o a una familia para vivir. Por eso estoy absolutamente de acuerdo que tenemos que constitucionalizar las relaciones comerciales y civiles. ¿Qué quiere decir constitucionalizar las relaciones comerciales y civiles? Muy simple darles, imprimirles el sesgo de libertad e igualdad que es lo que campea en toda nuestra Constitución y que fue la intención de nuestros constituyentes del 53 y los del 94, y los del 49: asegurar la libertad y la dignidad de las personas para elegir en el marco de las leyes que rigen nuestro país su forma de vida.

Por eso creo que estamos dando un salto absolutamente cualitativo. Yo estoy absolutamente convencida y tengo mucha fe de que este año va a ser, obviamente que no es una discusión ni de dos días ni de tres días ni de cuatro días, pero yo estoy con muchas ilusiones y muchas esperanzas de que podamos aprobar este año este nuevo Código Civil y Comercial reunificado, actualizado y no vamos a hacerlo con los métodos que se utilizaron en el siglo XIX que fueron a libro cerrado. Porque también hay que contar estas cosas.

Precisamente, a instancias del doctor Bartolomé Mitre, el Código Civil que rige hoy en la actualidad, fue aprobado a libro cerrado en el Congreso de la Nación. Cosa que, por supuesto, esta Presidenta ni tampoco la Comisión redactora va a impulsar. Esta Presidenta, en principio, porque tiene una larga tradición legislativa. Yo he sido por casi dos décadas legisladora provincial y legisladora en ambas Cámaras y jamás se me ocurriría imponerle, porque además sabría que tampoco me lo aceptarían, una aprobación a libro cerrado.

También sabemos que es, no un acto de legislación común, estamos ante un acto de codificación y, por lo tanto, deberemos adoptar métodos de análisis y de tratamiento que no son los que normalmente damos a las leyes en general, con el tratamiento en general y el tratamiento en particular artículo por artículo.

Pero también, la propia normativa de los reglamentos de las Cámaras, permiten apartarse del tratamiento que se determina para las leyes, para aprobar un tratamiento especial.

Por eso, en estos 30 días, el Poder Ejecutivo, en su carácter de colegislador va a tomarse para trabajar sobre el anteproyecto que acaba de alcanzar la Comisión, de modo tal que cuando…porque obviamente la comisión no puede presentar proyectos, solamente los legisladores o quien les habla en su carácter de colegisladora constitucional puede hacerlo, vamos a enviar un proyecto al Congreso proponiendo la creación de una comisión bicameral, con representación de todos los sectores políticos que tienen representación en ambas Cámaras, para el tratamiento de dicha norma para que emita un dictamen y una forma. Pero que sea el propio Congreso en un acto también de pluralidad y de respeto democrático a la división de poderes, el propio Congreso el que determine la forma en que va a abordar el tratamiento de dicha norma.

Yo estoy convencida de que, como decía recién el doctor Lorenzetti, tenemos una responsabilidad que es generacional. Estamos en el Museo del Bicentenario y yo siempre digo que nosotros somos la Generación del Bicentenario, los que tenemos la obligación de superar todas las diferencias, que no significa pensar igual; superar las diferencias que nos impidan avanzar, porque cuando las diferencias impiden avanzar, dejan de ser diferencias para convertirse en obstáculos y en empecinamiento de un lado o del otro.

Y eso es lo que tenemos que abandonar los argentinos: las posiciones irreductibles, las posiciones dogmáticas, las posiciones de que se hace y se dice y se vive como yo quiero o si no, rompo todo. Esto es lo que debemos terminar.

Y yo creo que la propuesta que se va a enviar al Parlamento, con la modernidad que los tiempos exigen, da cuenta de todo esto.

Siempre se habló en la Argentina de un Estado de derecho; yo quiero hablar de un Estado constitucional, social, democrático y de derecho, porque en definitiva, sin sociedad y sin democracia nunca puede haber derecho. Esto es clave y además, ese derecho tiene que reflejar los problemas cotidianos que tiene la sociedad.

Estamos en el orden de las relaciones entre privados donde rige, fundamentalmente, el principio conmutativo, el principio de dar a cada uno lo suyo; no estamos en el ámbito del Derecho Público donde rige lo distributivo porque el Estado allí tiene que hacer frente, precisamente, a las desigualdades.

Allá veo también y creo que es muy importante, una maravillosa bandera de los pueblos originarios, que también la propiedad de los pueblos originarios está contemplada en esta nueva norma.

Menos mal que alzaron las banderas para hacerme acordar. Lo que quiere decir que siempre hay que tener altas las banderas para que nadie se olvide de las cosas que hay que llevar adelante. Muy bien por la comunidad allá en el fondo.

Y precisamente creo que el abordaje, lo leí hoy muy especialmente, el abordaje que ha hecho la Comisión sobre la propiedad de los pueblos originarios, es un abordaje serio, responsable, porque reconoce en la comunidad la propiedad y, fundamentalmente, no permite que a partir de esa propiedad, se utilice como un instrumento de comercio sino que sea, precisamente, propiedad de los pueblos originarios y no pueda ser ni arrendada ni alquilada ni materia de especulación.

Porque también, una de las características de este siglo XXI, con sus fantásticos avances en materia científica, con sus maravillosos adelantos en ciencia, en tecnología, en la informática también tiene, como contrapartida, una fuerte, como recién señalaba el presidente de la Corte, intromisión en la vida privada de la gente y creo que también esto debe ser resguardada. Estoy hablando de la vida privada de la gente y esto también debe ser resguardado.

Por eso, creo que estamos hoy aquí inaugurando una etapa muy buena, que no va a ser la única, porque creo que también necesitamos adecuar otros instrumentos.

Yo lo había dicho muchas veces, inclusive cuando nos reunimos con la Comisión les dije que es imposible resolver los problemas del siglo XXI con textos del siglo XIX, porque no tiene absolutamente nada que ver con lo que está pasando.

Por eso es necesario adecuar no solamente estos dos instrumentos, sino los instrumentos, por ejemplo, de un Código Administrativo porque el Derecho Público no existía por ejemplo, el Estado prácticamente no existía, era insipiente.

Estas son las rémoras que nos vienen, obviamente, del viejo Código del Derecho Romano donde todo era entre privados; hoy tenemos también un importante rol del Estado y cada vez más importante el rol del Estado a la luz de los acontecimientos que han pasado en nuestro país y que están pasando en el mundo.

Y si uno se fija, tiene solamente una Ley de Procedimiento Administrativo que fue sancionada durante la dictadura que ya lleva 40 años. Lo mismo podemos hablar de un Código Penal que va a necesitar ser nuevamente sistematizado, ordenado porque, a partir de movimientos espasmódicos de la sociedad, se han ido emparchando y realmente se ha perdido una de las cosas básicas de cualquier cuerpo de ordenamiento legal que es la sistematicidad, la organicidad y la relación que debe haber, sobre todo, en un Código tan importante. Porque si en el Código Civil hablamos sobre los derechos personales y personalísimos y del patrimonio, en el Código Penal estamos hablando nada más ni nada menos que de la vida y de la libertad, que también es un valor que debe ser cuidado y la seguridad que también merece tener la sociedad.

Articular, entonces, en un mundo contemporáneo difícil, complejo, violento también por momentos, estas tres necesidades de libertad, de igualdad, de seguridad, también va a constituir un desafío a la hora de la reforma del Código Penal, pero que también estamos dispuestos como hemos hecho tantos desafíos, y hacerlo con la pluralidad y la apertura con que se ha hecho este instrumento que hoy estamos presentando y que seguramente en no más de 30 días podrá ingresar al Congreso de la Nación para su tratamiento.

Que se queden tranquilos todos los argentinos, que no les metan cosas raras en la cabeza en cuanto a que se van a sancionar cosas a sus espaldas que los van a perjudicar. Esto podía suceder hace mucho tiempo: o en dictadura, porque no había libertad o en tiempos donde no existía lo que hoy existe.

¿Ustedes piensan realmente que hoy con el grado de comunicación que hay, donde a través de un mensaje, a través de un twit, a través de un teléfono, a través de una computadora todo el mundo sabe, no lo que está pasando aquí, lo que está pasando en cualquier parte del mundo, podemos tener gente incauta que permita que se aprueben cosas que perjudiquen al conjunto de la sociedad? Es absurdo. Así que, no le metan miedos en la cabeza a la gente, la gente no es tonta, no subestimen a la sociedad argentina que ha alcanzado un grado de madurez muy importante.

Y aquellos temas que por convicciones religiosas, por convicciones que tienen que ver con cuestiones del dogma, de la fe sean discutibles, estaremos dispuestos a discutirlas. Pero también debemos aceptar que no todos pueden vivir como pienso yo si soy católica, como piensa José si es judío o como piensa Andrés que es musulmán. Tenemos que tener instrumentos que les sirvan a todos los hombres y a todas las mujeres cualquiera sea el dios al que le rece o aún cuando no tengan ningún dios para quien hacerlo.

Por eso, vamos a levantar las banderas de la pluralidad y de la diversidad y yo me siento muy orgullosa de ser la Presidenta de un país que aprobó el matrimonio igualitario, me siento muy orgullosa de vivir en un país donde están y se ejercen a pleno todas las libertades. Porque todos sabemos el grado de libertad que tenemos hoy en la Argentina porque hemos vivido otros momentos. Libertad absoluta para todo.

Y yo creo que es importante sentirse libre, pero también sentirse libre exige sentirse responsable. Porque es el otro concepto de la libertad, la responsabilidad. Sin responsabilidad, tampoco hay libertad. Juntemos todo y hagamos una muy buena norma que estoy segura que así va a ser.

Muchas gracias a la Comisión, muchas gracias a todos los juristas que participaron en ella y adelanto el agradecimiento a los señores legisladores y legisladoras que seguramente van a abordar en este año este proyecto en el recinto.

Muchas gracias.