Liga de Vascos Españolistas - Grave y Trascendental

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Grave y Trascendental


Corre el rumor de que el Sr. Arana y Goiri, que proclamó el nacionalismo vasco y fundó el partido, viendo hoy que a éste no se le permite la vida legal, pues se impide a sus afiliados el uso de los derechos constitucionales que a los anarquistas no se les niegan y no se les permite ni consiente la mera profesión interna de las ideas, convencido ya de que continuar la campaña nacionalista sería gastar inútilmente preciosas energía que los vascos pudieran aplicar a la consecución de fines, como más asequibles, más prácticos, propónese desistir de continuar llamando a sus compatriotas al nacionalismo, recomendar a los que hasta el presente han acudido, reconozcan y acaten la soberanía española y pedirles un último voto de confianza para redactar y exponerles el programa completo de un nuevo partido vasco que sea a la vez español, que aspire a la felicidad de este país dentro del Estado español, que camine hacia ella sin quebrantar la legalidad presente, que ofrezca bases generales para la constitución del estado total y otras particularidades para este país y adaptadas a su peculiar carácter, que aspire a restaurar del pasado vasco lo bueno y a la vez compatible con la unidad del Estado español y con las necesidades de los modernos tiempos, y fije soluciones claras y en lo posible concretas para los problemas que hoy tan seriamente preocupan a todas las naciones.

Añádase que, si un dicho señor obtuviera de todos los nacionalistas actuales o de su mayor parte este voto de confianza, se consagraría desde luego a trabajar el programa, convocaría una vez terminado y en tiempo oportuno, a asamblea a todos los adheridos, hubiesen sido o no nacionalistas, y después de discutido y fijado aquél y constituido el nuevo partido conforme a la organización que se acordase, se retiraría a la vida privada, cesando en su campaña nacionalista y permaneciendo a la vez alejado del partido naciente para dedicarse exclusivamente al estudio y exposición de la historia, las leyes, la etnografía y la lengua del pueblo vasco.

Cuando este rumor llegó a nuestros oídos, antojósenos lo que nos anunciaba muy grave y trascendental para que le diésemos crédito: grave y trascendental, francamente lo decimos, para quien fue el primero en proclamar el nacionalismo como única política digna de los vascos; grave y trascendental para quienes en estos diez años de propaganda se hayan alistado bajo su bandera y por ella hayan luchado a costa de sacrificios sin cuento; más grave y trascendental para el mismo pueblo vasco.

Así es que tan pronto como nos fue posible, nos personamos en la cárcel para que el mismo señor Arana-Goiri nos sacara de dudas. La respuesta nos dejó casi tan a oscuras como antes: se hará, nos dijo, en toda ocasión lo que deseen los mismos patriotas: estoy a sus órdenes. Esto indica que algo hay: ignoramos qué. Si es lo que dice el rumor, resulta tan inexplicable y enigmático como si nada dijera.

No se comprenden los motivos de cambio tan radical, ni la posibilidad de que todos acepten, ni su disposición al sacrificio del propio nombre y de los propios sentimientos, ni las ventajas que el cambio pudiera reportar al país.

Nada nos explicamos. Solo vemos claro que al partido nacionalista, realmente, se le ha hecho imposible la vida.

Para él la ley no está en vigor, sino la fuerza bruta.


Sin firma. “La Patria” Periódico Semanal, nº 35. Bilbao, 22 de junio de 1902.