Página:Abella Caprile Nieve.djvu/34

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En tanto que diversas reflexiones
Pasaban por mi mente,
Distraída jugaba
Con una cruz pequeña entre las manos...
Un falso movimiento, y en la arena
Cayó, cayó; volvíme con presteza,
Quise alzarla del suelo, pero en vano;
La ola que moría en ese instante,
Con avaricia la arrastró a su seno...


...Inmóvil de estupor quedé un momento,
Con la vaga impresión de aquellas cosas
Que se van para siempre, que no vuelven...
Después la reacción, corrí ligero
Por ver si la encontraba todavía...
...Una montaña de agua levantóse,
Y al tiempo de romper en mil pedazos,
Sus fauces, ahuecó, como una boca
Que se riera, burlona, a carcajadas...


¡Oh mar, oh mar inmenso,
Viejo avaro cargado de riquezas
Con el blanco cabello enmarañado!
¡Acaso no te bastan,
Los mil tesoros que arrancaste al hombre,
Que con la proa del bajel osara
Rasgar tu manto de color de cielo?...


Oh, crucesita amada, yo he sentido
Tanta pena al perderte,