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254 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA

¡Qué horrible pesadilla! Yo ciega haber creído, En la bondad humana, y en el afecto fiel; Que la amistad no existe, por fin he comprendido El Bien es un engaño cubierto de oropel.

Mentira los placeres, amores dulce engaño, Quimera las virtudes, y hasta el candor ficción, Todo es mentira artera. ¡Oh qué cruel desengaño! Y yo haberme forjado mi mundo de ilusión.

Se mofan porque siento con profundo lirismo. Comprendo que las gentes no son como pensé; Yo veo que a los hombres les arrastra el abismo. Si el sueño era tan grato, ¿por qué me desperté?

La dicha, la ventura, la fe, el amor, la gloria, Son fingidos halagos de aparente esplendor; ¿Pero luego qué resta? ni una dulce memoria,

Ni el néctar de su aroma sutil, embriagador.

Y si es tan triste entonces, el comprender la vida, Percibir sus bajezas y no poder hablar, Yo, como ayer, quisiera permanecer dormida Y soñar, soñar siempre, sin nunca despertar...

RAFAGA

Era tibia la tarde y perfumada. Rumores impregnaban el paraje, Susurros de la fuente y el boscaje Suspiros de la brisa enamorada.

De pie yo contemplaba entusiasmada El supremo lirismo del paisaje, Que al conjunto prestaba vasallaje La calma de la tarde nacarada.