MARGARITA ABELLA CAPRILE
Largo, como una inútil paciencia inquebrantable, Canta su melopea
Trasunto de la angustia hija de lo inestable;
Su compás invariable
Golpea.
El alma, con hastíos del luchar infructuoso, Sola e indiferente,
Se obstina en la penumbra de su mal silencioso, Y sufre sin reposo
Resignadamente.
OBSTINACION
O vivir sin vivir, o ser flexible
Y preferir la vida al pensamiento;
Ser Brunilda en la roca inaccesible
O un cuerpo más que busca su alimento
Ser ventisquero escrutador de auroras O lluvia humilde que rocía herbajes; Ser un torrente de aguas promisoras O lago inmóvil que olvidó sus viajes.
Quedarse solo, o aceptar la estulta Mediocridad que, absurda, se envanece Nutriendo la raíz porque se oculta; Podando el árbol si la rama crece.
Ser valiente o plegarse a las consejas Que, arteras brotan de las muchedumbres. Y trocar por un plato de lentejas
Una herencia de cumbres.
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