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432 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA

Hay esa paz sencilla de la aldea para quien ame su vivir tranquilo, y ruido mundanal para el que crea que es ese mundo de la dicha asilo.

Y hay el encanto de las “cosas viejas, en los muros tres veces centenarios, en los férreos encajes de las rejas, en los vetustos templos solitarios.

En el austero hogar hay todavía nobles retratos que el salón presiden, y reviven las viejas hidalguías cuando el honor o la amistad lo piden.

La serena corriente de las horas en raudal apacible se desliza, y brillan luminosas las auroras sobre los días del vivir sin prisa.

¡Oh dulce encanto del nativo suelo! ¡Oh la tranquila vida provinciana! ¡cuando calienta el sol, fulgura el cielo, y repican alegres las campanas!

LAS CASONAS

Si llegas a Salta buscando impresiones verás en sus calles las raras visiones de casas muy amplias, de casas muy viejas, casas solariegas de aleros y rejas; de muros espesos y de altos portales que de lejanos tiempos coloniales están recordando—siempre evocadoras— heroicos sucesos, románticas horas.