440 ANTOLOGÍA DE.LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
... Y pararme de pronto, respirar con hartura
y dar un grito inmenso... un grito de locura
que agujeree la noche como un dardo: ¡sea el grito dardo que mande el corazón al infinito!
MANOS QUE DAN
Manos mías, que abrieron sus diez pétalos finos Bajo el signo imperioso que rige los destinos:
En la variable fiesta del vivir y el soñar, Las buenas manos mías se abrieron para dar.
Yo no tengo riquezas, ni puedo dar honores, Tengo sólo un pequeño jardín lleno de flores;
Y para el caminante que descubre el jardín, Cortan y dan mis manos la rosa y el jazmín.
Yo no tengo riquezas, pero tengo un tesoro De amor que dan mis manos como si fuera de oro;
Algunos lo recogen y lo saben guardar, Otros, indiferentes, ni miran al pasar.
¡Oh, el deleite que gustan las manos dadivosas, Al tenderse hacia todos los seres y las cosas!