Esta página no ha sido corregida
— 43 —
— 43 —
dió en un cstremecimiento de resolución extrema, sepa- rándose de allí, mientras la noble anciana lo veía alejarse, repitiendo:
—¡SI, será su desgracia eterna!.. ¡Me lo dice un pre- sentimiento que no puedo desechar! . —exclamando en seguida con religioso fervor:—¡Oh, Dios mío, Dios mio, no añadas ese intenso sufrimiento á los muchos de mi vida!