- bajase a los infiernos
- quien granjearse supo tantos males.
3. Dicen que de noche se le agravaban los ojos sin advertirlo, y mandaba al criado trajese luz; como éste la trajese y le dijese «ya está aquí», respondía: «Pues lee tú». Tuvo muchos discípulos, pero el más aventajado fue Clitómaco, de quien hablaremos luego. Hubo otro Carnéades, poeta elegíaco muy frío.
1. Clitómaco, cartaginés, llamado Asdrúbal, filosofaba en su lengua y patria propia. Pasó a Atenas, ya de cuarenta años de edad, y oyó a Carnéades. Agradádose éste de su aplicación, le hizo aprender las ciencias, y lo imbuyó de manera que llegó a escribir más de cuatrocientos libros; fue sucesor de Carnéades mismo, e ilustró con muchos escritos sus dogmas. Fue versado en las tres sectas académica, peripatética y estoica. Así moteja Timón a los académicos:
- No quiero aquí traerte
- la Academia gárrula e insulsa.
2. Hasta aquí hemos tratado de los académicos derivados de Platón; pasemos ahora a los peripatéticos (también originarios de Platón), de quienes Aristóteles fue el primero.