Página:Discurso sobre el origen y los fundamentos.djvu/194

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Antropofornes en el tercer tomo de la misma historia de los viages, bajo el nombre de Beggas y de Mandrilles; ero para no apartarnos de las relaciones precedentes, se hallan en la descripcion de estos pretendidos monstruos conformidades tan inmediatas con la especie humana, y diferencias aun menores que las que podrian señalarse de hombre á hombre. No se ve en estos pasages las razones sobre las cuales se fundan los autores para rehusar á los animales en cuestion el nombre de hombres salvages; bien fácil de conjecturar que esto es á causa de su estupidez, é igualmente porque no hablan: razones demasiado débiles para aquellos que saben que, aun cuando el órgano de la palabra sea natural al hombre, la palabra por si misma no le es sin embargo natural, y que conocen hasta que punto su perfectibilidad puede haber elevado a hombre civil sobre su estado original. El corto número de renglones que contienen estas descripciones nos puede hacer juzgar cuan mal observados han sido estos animales, y con que preocupaciones han sido vistos. Por ejemplo, los califican de monstruos, y no estante convienen en que engendran. En un parage Battel dice que los Pongos matan á los negros que atraviesan los bosques; y en otro, Purchas anade que no les hacen ningun mal aun cuando los sorprenden, á lo menos cuando los negros no atienden á mirarlos. Los Pongos se reunen al rededor de los fuegos encendidos por los negros; cuando estos se retiran, y ellos tambien se van a su turno cuando el fuego se apaga; ve aqui el hecho, y ve aquí al presente el comentario del