Página:Discurso sobre el origen y los fundamentos.djvu/41

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
(19)

en sus correrías hallan muchos animales enfermos. Infinitos suelen encontrar algunos que han recibido heridas considerables, muy bien cicratizadas: otros que han tenido huesos y miembros rotos, reparados y colocados en su lugar, sin otro cirujano que el tiempo, sin otro régimen sino el de su vida ordinaria, y que no dejan de estar perfectamente curados, a pesar de no haber sido atormentados de incisiones, emponzoñados de drogas, ni extenuados por los ayunos. En fin por más útil que sea entre nosotros la medicina bien administrada, es siempre cierto que si el salvaje enfermo, abandonado a sí mismo, no tiene nada que esperar sino de la naturaleza, en recompensa no tiene otra cosa más que temer sino es su mal: lo que hace infinitas veces su situación preferible a la nuestra.

Guardémonos bien de confundir al hombre salvaje con los hombres que tenemos a la vista. La naturaleza trata a todos los animales abandonados a sus cuidados con una predilección que parece demostrar hasta qué grado ama, es celosa y se enorgullece de este derecho o prerrogativa. El caballo, el gato, el