Página:ECH 2902 07 - Cherruve, Ser mitológico.djvu/6

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rogó al enano que la sacara siempre. En efecto, aprovecharon las noches siguientes para hacerlo, pero el enano siempre la hacía volver antes del amanecer, sin que el Cherruve se enterara de ello.

Una noche en que habían salido muchas estrellas, la muchacha pidió al negro una, para colocársela en la cabeza. Pero él le contestó que era demasiado pequeño para alcanzar al cielo, lo que solo podía lograr el Cherruve.

Le pidió entonces que hiciera saber a éste su anhelo, amenazando a su amigo con no casarse con él si no lo hacía.

El enano estaba tan preocupado de lo que Nieves le había solicitado, que se olvidó de cerrar bien la puerta de la cueva cuando fué en busca del Cherruve.

Amaneció, y como la roca que servía de puerta a la cueva no estaba bien colocada, entró la claridad del día, y la niña, maravillada, quiso salir para contemplar esa maravillosa luz que ella no conocía.

Como no era muy gorda, pudo pasar por el trecho libre que dejaba la roca y se quedó abobada al contemplar tantas lindísimas