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LA MUJER


AA A

El ejercicio del sufragio deberá ser absolutamente voluntario como es en su esencia el derccho electoral.

Lógico con mis premisas jurídicas y sociales, en cuanto al au- mento de derechos, considero que la mujer debe tener un au- mento correlativo de obligaciones. En el derczho civil, por ejem- plo, la investigación de la maternidad debe de ser tan ilimitada como la de la paternidad. En el derecho criminal, la califiración de los delitos y de las penas debe también por regla general ha- cerse igual, no siendo posible establecer un criterio absoluto en todos los easos, porque por ahora y, tal vez por siempre, la honestidad sexual no podrá ser considerada la misma ante la moral fisiclógico-social, que esla que vale, porque es la que con- dena o absuelve con prescindencia del legislador. Ciertos deli- tos de este orden deberán ser interpretados desigualmente por la oninión y por el juez, unas veces en contra y otras a favor de la mujer. En el derecho militar debe estar obligada al aprendiza- je del tiro de guerra y a concurrir a defender la patria en el sólo caso de invasión o de ataque exterior, toda mujer de 22 años ,2 40, soltera o viuda que no tenga hijos o casada que tampoco los tenga después de más de diez años de matrimonio, sumán- dose para el efecto los años matrimoniales anteriores en caso de segundas o ulteriores nupcias.

Para que la mujer tenga todos estos derechos, se requiere im- plantar contemporáneamente eon las otras reformas, el divorcio con disolución del víneulo matrimonial. Como he dicho otras ve- ces, ereo en la inconveniencia moral y social del divorcio. pero éste debe de ser un remedio heróico aplicado, no por el simple consentimiento mutuo de los cónyuges y menos por el de sólo uno de ellos, como en cierto país vecino, sino cuando la discre- ción judicial considere que han desaparecido irreparablemen- te los motivos que impulsan y explican el matrimonio, que son al primer fin, el amor, y luego un singular y amistoso cariño basado en la convivencia, en la compenetración espiritual y en los mismos afectos que crean las vicisitudes y los hijos comunes.

Una Revista que tienda a realizar su programa, ha de tener,

we parece, la buena acogida que merecen las ideas que Vd. sus- tenta.




La época es oportuna, pues de Oriente, donde a la tiranía de una injusta minoría privilegiada, ha sucedido otra tiranía más cruel de una minoría de las masas populares, soplan vientos que no son de redención sino de servilismo y de envilecimiento para

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