Página:Estudios de historia rural V.djvu/25

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mismas generando de esta forma los mecanismos de control que ejercerían de por sí los terratenientes en las décadas siguientes. En cuanto al destino productivo de las tierras solicitadas tanto Nuñez como Pimentel, fundamentan su pedido en su disposición a «...Mudarmis establecí- mienlos de campo y cría de ganados a un lugar que permitiese por su calidad el mejor fomento de ellos...»‘3 De esto se desprende que los interesados no eran meros especuladores, ni que tampoco desconocían absolutamente el terreno, sino que buscaban ocupar las tierras de la región para realizar una actividad específica que les permitiría trasladar parte de la producción de sus estancias ubicadas al Norte del Salado estableciendo un posible circuito de cría e invernada. Obviamente la mayoría de estos hacendados necesitaban y buscaban acceder a la mayorcantidad de tierras posible debido al carácter extensivo y de bajo nivel técnico con que se desarrollaba la ganadería en ese momento, pero también podemos decir que a mayor cantidad de tierras otorgadas, mejores posibilidades de realizar y diversificar negocios existía, ya que como hará posteriormente Ezeyza se puede instalar una estancia y poblarla con ganado comprado basándose en la venta de una parte de las tierras otorgadas, con lo cual si bien la tierra sigue siendo la parte más baja del capital a incorporar para la instalación de una estancia como se ha mostrado para partidos del norte del Salado“, en grandes cantidades puede servircomo importante valorde cambio. Por esto los hacendados y estancieros presionaron constantemente al Gobierno por el acceso a nuevas tierras y los mecanismos de protección de las estancias existentes en las fronteras, y este en vista del incentivo económico de mejorar indirectamente sus ingresos siguió buscando las formas de mejorar los recursos para disponer de una mejor distribución de las tierras públicas y una efectiva puesta en producción de las mismas, pero como hemos visto hasta el momento su propia incapacidad económica le hizo delegar sus responsabilida- des en los propios interesados en ocupar las tierras, produciéndose de esta forma una comunidad de intereses entre quienes establecían las normas y luego debían cumplirlas o hacerlas cumplir. Aun así los hacendados no habían alcanzado en la Buenos Aires de los años que van de 1816 a 1822 el predominio económico social que no les será 24 do en estas áreas que por la idoneidad de los estancieros para cumplir con las