Página:Eyherabide, Margarita. Amir y Arasi, novela..djvu/27

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

Amir y Arasi 29

— Don Carlos contestó: ¡Dios te haga un san- to!... Pero la presencia de don Alvaro, no pudo contenerlo ya más tiempo. Se desató en un cúmulo de improperios y puso al pobre Pancho como un trapo. El muchacho se acogió implícitamente á don Alvaro, que, culto y leal, planteó razones, compuso adagios y hasta discutió ocurrencias.

Y al fin Pancho se salió con la suya ¡iba á ser peón de saladero! El pobre dirigió á don Alvaro una mirada de agradecimiento y apenas miró de rabillo de ojo á su padre. ¡No se atrevía... tenía miedo!

Y cuando don Alvaro se retiraba, le siguió paso á paso y tembloroso, como un perrillo de aguas...