Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/214

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modo que el timon de la Pinta, que las piezas, al parecer perfectamente encajadas, se desunirian al primer golpe de agua. Quiso obligarlos á que de nuevo comenzaran su trabajo; pero se escaparon todos los carpinteros. Entónces el infatigable fraile prestó mas servicios al mundo, logrando tornasen los operarios á la tarea, alentándolos con saludables exhortaciones, y gracias á él, mejor que á los Pinzones y á Peñasola, que se mantenia en el puerto para apresurar el armamento, pudo llegar la flota á ponerse en disposicion de salir á la mar.


VI.


Ningun historiador ha detallado hasta hoy los aprestos de este viaje, ni fijado la naturaleza de sus medios de ejecucion, sino que limitándose á vanas conjeturas, y creyendo hacer mas interesante la empresa, pretenden que se llevó á cabo en tres grandes barcas, de las cuales una sola tenia cubierta. La mayor parte de los escritores nos presentan á Colon ardiendo en deseos de partir, y arrojándose al moviente elemento en embarcaciones que Robertson compara con las "mayores chalupas," que Washington Irving llama, "barcas lijeras," Lamartine "tres lanchas," y Aquiles Juvinal "esquifes costaneros," todos ruines bajeles, que habria sumerjido en los abismos la primera tormenta. Creer tal imprudencia en Colon, es desconocer la sabiduria del hombre, que suscitó el señor para semejante obra.

Si Colon nada fiaba en la casualidad, y previsor pe-