Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/228

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
—148—

fresca brisa, tenian el cabo al SO. un cuarto al S.

En el segundo todo fué bien, y el Domingo 5 de Agosto anduvieron mas de cincuenta leguas.

poderosos príncipes, rey y reyna de las Españas y de las islas de la mar, nuestros señores, este presente año de 1492, despues de vuestras altezas haber dado fin á la guerra de los moros, que reynaban en Europa, y haber acabado la guerra en la muy grande ciudad de Granada, á donde este presente año á dos dias del mes de Enero, por fuerza de armas vide poner las banderas reales de vuestras altezas en las torres de la Alfambra, que es la fortaleza de la dicha ciudad y vide salir al rey moro á las puertas de la ciudad, y besar las reales manos de vuestras altezas, y del príncipe mi señor, y luego en aquel presente mes por informacion, que yo habia dado á vuestras altezas de las tierras de la India, y de un príncipe que es llamado Gran Can, que quiere decir en nuestro romance rey de los reyes, como muchas veces él y sus antecesores habian enviado á Roma á pedir doctores en nuestra santa fé, porque le enseñasen en ella, y que nunca el santo padre le habia proveido, y se perdian tantos pueblos, creyendo en idolatrias, é recibiendo en sí sectas de perdicion, vuestras altezas como católicos cristianos y príncipes amadores de la santa fé cristiana y acrecentadores de ella y enemigos de la secta de Mahoma, y de todas idolatrias y herejias, pensaron de enviarme á mí, Cristóbal Colon, á las dichas partidas de India, para ver los dichos príncipes y los pueblos y tierras, y la disposicion de ellas y de todo, y la manera que se pudiera tener para la conversion de ellas á nuestra santa fé; y ordenaron que yó no fuese por tierra al Oriente, por donde se acostumbraba de andar, salvo por el camino de Occidente, por donde hasta hoy no sabemos por cierta fé, que haya pasado nadie. Así que, despues de haber echado fuera todos los judios de todos vuestros reynos y señorios, en el mismo mes de Enero, mandaron vuestras altezas á mí, que con armada suficiente me fuese á las dichas partidas de Indias; y para ello me hicieron grandes mercedes, y me anoblecieron que dende en adelante yo me llamase don, y fuese almirante mayor de la mar Océana é visorey y gobernador perpétuo de todas las islas é tierra firme, que yo descubriese y ganase en la mar Océana, y así sucediese mi hijo mayor, y así de grado en grado, para siempre jamás; y partí yo de la ciudad do Granada á doce dias del mes de Mayo del mesmo año de 1492 en sábado: vine á la villa de Palos, que es puerto de mar, á donde armé yo tres navios muy aptos para semejante fecho; y partí del dicho puerto muy abastecido de muy muchos mantenimientos, y de mucha jente de la mar, á tres dias del mes de Agosto del dicho año en un viérnes, antes de la salida del sol con media hora, y llevé el camino de las islas de Canarias, de vuestras altezas, que son en la dicha mar Océana, para de allí tomar mi derrota, y navegar tanto, que yo llegase á las Indias, y dar la embajada de vuestras altezas á aquellos príncipes, y cumplir lo que así me habian mandado; y para esto pensé de escribir todo este viaje muy puntualmente, de dia, en dia, todo lo que yo hiciese y viese y pasase, como adelante se verá. Tambien, señores príncipes, allende de escribir cada noche lo