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II.



Como con el noble deseo de conocer las obras de Dios y de adquirir oro, se confundiera Colon ante la multitud de islas, y la cantidad de objetos nuevos que se ofrecian á su reflexion y á su entusiasmo, tuvo que resignarse á contarlas no mas; porque como escribia á la reyna, "su objeto no era el de visitarlas en detalle, pues no hubiera concluido en cincuenta años, sino por el contrario, ver y descubrir las mas que pudiese." [1]

En el primer viaje, despues de haber revelado la existencia de aquellas desconocidas rejiones, tenia mas interes en adquirir oro y reunir una gran cantidad, que en estudiar la naturaleza. Y lo buscaba para interesar á España en la prosecucion de los descubrimientos, mostrando con él la prueba palpable de su importancia; y sobre todo para dar principio al tesoro inmenso que queria reunir, para la emancipacion de los santos lugares y el rescate del sepulcro de Jesu-Cristo: idea que no se apartaba un instante de su imajinacion, y era causa de su ambicion desmedida.

Anhelaba, pues, recojer para convertirlas en oro, las especerias y cuantas preciosidades produce el oriente, en cuyas puertas se creia: por donde quiera que iba inquiria con dilijencia los paises en que lo habia; su vista escitaba en él los mas vivos deseos; jamas ningun cristiano ansió el oro con tanta vehemencia co-

  1. Diario de Colon. Viérnes 19 de Octubre de 1492.