Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/302

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guida en la lancha; pero en lugar de ejecutar la maniobra, se alejaron con presteza para ponerse al abrigo de la Niña, que se mantenía anclada á media legua al viento. No quiso recibir su capitán á los cobardes desertores, que se vieron en la necesidad de tornar á la carabela, no sin que antes le tomara la delantera la chalupa de la Niña. El almirante, apercibiéndose de la traición de sus marineros, y viendo que la marea bajaba, y que ya la Santa Maña se iba á la banda, quiso cortar el palo mayor, para alijerar la nave, y procurar ponerla á flote; pero como no le quedaban bastantes brazos para esta operación, tuvo que desistir de ella. Por otra parte la Santa Maria tenia muy enterrada la quilla para poder enmendarla. Confió pues á la providencia el casco del buque, y pasó á la Niña, para trasbordar su tripulación. La mar rompió al fin sobre la carabela; mas sin desbaratarla, pues solamente se abrieron sus costuras, permaneciendo entero lo demás. Colon se preparó activamente al salvamento, y al despuntar el dia envió á Diego de Arana y Pedro Gutiérrez con encargo de informar del siniestro al cacique Guacanagari.

Conmovió al rey "esta nueva, hasta el punto de romper en lágrimas, y envió inmediatamente multitud de jentes con canoas, para ayudar á la descarga de la Santa Maria, tomando las disposiciones oportunas para la conservación de los objetos que se sacaran de á bordo. Mandaba frecuentemente decir al almirante que no se entristeciera, que él le daría todo lo que poseia. Gracias al socorro de brazos bien dirijidos, la operación se verificó en pocas horas. Guacanagari dio á sus huéspedes tres grandes cabanas, para que depositaran en ellas cuanto les pertenecía, puso una guardia para vijilar la propiedad de los estranjeros, y vino él mismo á presidir sus disposiciones, siendo tal su cuidado y tanta la honradez de sus vasallos, que en el transporte del cargamento, municiones y aparejos del buque, no se perdió el objeto mas insignificante. Las simpatías de los naturales y la