Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/346

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rio de los antípodas, el de las innumerables tierras, visi- tadas por la cruz; y narró en seguida, con claridad y método los acaecimientos de su viaje, desde su sali- da de las islas Afortunadas hasta el dia en que se partió de aquellas rejiones sin nombre, de las cuales por la gracia divina^ era inventor. Con su instinto de clasificación y de orden empezó por describir el terreno, su aspecto jeolójico y mineraló- jico, sus riquezas vejetales y las diversas especies de ani- males, tanto terrestres como acuáticos que habia obser- vado. En apoyo de esta esposicion jeneral de los pro- ductos del nuevo mundo, mandó le acercaran las mues- tras que traia, y así el intérprete de la creación puso una por una ante los ojos de sus oyentes distintas clases de ámbar, barro de colores, propio para hacer pinturas, mi- nerales, conchas, ostras de perlas, piedras preciosas, oro en su soroque, en polvo, en grano, puro y trabajado. Pasando de allí á los vejetales llamó la atención sobre las gomas y resinas, las plantas medicamentosas, las yerbas aromáticas, las especerías, el palo tinte, las maderas para tallar, el algodón, el maíz, la harina de casave, la caña dulce, y ese tubérculo feculoso, hoy ali- mento del pobre, y que se llama patata. En seguida, para dar á conocer mejor la diferencia de los nuevos países comparativamente con los antiguos, presentó animales estraños: terrestres unos, anfibios otros; ya vivos, ya embalsamados. Terminada su poética revista de los tres reynos de la naturaleza, se ocupó de la historia del hombre, que es su corona, y señalando á los siete indios presentes, se ocupó de las diferencias características de su raza, de su estado social, de la sencillez de sus costumbres, de sus creencias relijiosas, demasiado confusas y limitadas; pero que pa- . "Espuso las singulares mercedes que por su medio concedia Dios á los pios monarcas. El espacioso océano, cerrado antes á todos los mor- tales, ya patente á las armadas de España, etc." Muñoz. Historia del

nuevo mundo, t. 1. lib. IV § 16.