Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/348

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de antemano las delicias del paraiso. Luego se alzó el almirante, conmovido por el entu- siasmo que escitaba su presencia, pidió permiso á SS. AA. para retirarse á la casa que se le habia prepa- rado, y los dignatarios de la corona fueron acompañán- dolo hasta la puerta, rodeada de un jentio, ansioso de contemplar y aplaudir al nuncio del señor.


IV.


La fama de este acontecimiento, el mas grande y mas importante para la humanidad y la ciencia, fué esten- diéndose por todo el litoral de Europa hasta oriente. De Lisboa, de Cádiz y de Barcelona partia la noticia con cada buque, de modo que por Pisa y Liorna llegó á Florencia y á Siena, al mismo tiempo que al senado de Jénova por sus embajadores Francesco Marchesi y Gio- vanni Antonio Grimaldi, que volvian de España, y Pedro Mártir de Angleria se apresuró á escribirla á Milán al conde Juan Borromeo, caballero de la Milicia de Oro.^ El anuncio de este prodíjio recorrió en breve los estados cristianos, y desde el Adriático á la Gran Bretaña causó entre todos los marinos una sensación difícil de referir. El célebre Sebastian Cabot, que se encontraba entonces en Londres, dice, que el descubrimiento se consideró alli como una obra mas bien divina que humana,^ y así . Petri Martyris. Opus epistolarum, lib. VI. epist. CXXXI. . "A tliing more divine than liuman." — Memoir on Sebastian Ca-

bot, illustrated, etc., p. 10.— Hackluyt, Colección, de viajes, p. 7.