Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/57

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LIII

finjimiento de devocion, conformidad esterior con las costumbres de la córte, entónces muy severas. Admitida la inmoralidad y la hipocresia, prosigue con ventaja en su camino; habla de su insaciable codicia; parece admitir algunos actos de deslealtad y malversacion, y dando rodeos y torturando las palabras de Oviedo, antiguo enemigo suyo, le supone crímenes y entuertos de violencia y crueldad, por los que se buscaba el modo de castigarlo sin hacer público el castigo. El cortesano calumnió á Colon hasta mas no poder, para ponderar mejor la clemencia de un rey, que él pretende probar le hizo merced y lo trató con favor.

En seguida trata de juzgarlo bajo el punto de vista de la filosofia de la historia, y dice: "que sus defectos fueron lo propio de la frajilidad humana, y probablemente de la educacion que recibió, de la carrera que abrazó, y de la tierra en que nació: tierra en que el tráfico y los negocios constituian la principal riqueza tanto particular como pública." No cree aminorar con esto la gloria de Colon, como autor del descubrimiento del nuevo mundo, y se apoya en ejemplos como los de "Alejandro dominado por la cólera y en seguida por la supersticion: Alcibiades lleno de admirables cualidades y de vicios infames: César uniendo á dotes eminentes una ambicion desmesurada, &c., &c., los cuales no dejan por eso de presentarse por Plutarco y Cornelio Nepote como hombres dignos de la admiracion de los siglos."[1] ¡Así se estima al discípulo de Jesu-Cristo!! Se cree honrarlo mucho comparándolo con los héroes del paganismo!

Antes que acabaran de ver la luz pública las elucubra-

  1. Navarrete. Coleccion de los viajes y descubrimientos que hicieron etc., t. I. Introduccion, § 57.