Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/98

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
—18—

y de esta suerte iban los portugueses de dia en dia adelantando por la parte occidental de Africa.

La cordial acojida que daba don Enrique á todos los hombres entendidos en el arte, hacia que afluyeran á Sagres marinos distinguidos de diferentes naciones. Así entraron á su servicio el veneciano Luis de Cadamosto, y el jenoves Antonio de Nole, cuando rivalizaban de celo los atrevidos capitanes Gonzalo de Cintra y Fernandez Dionisio. No tardó mucho en señalarse el cabo Verde, y al año siguiente Cadamosto y Nole reconocieron las islas que bautizaron con aquel gracioso nombre, y que tan mal llevan, como observó el primero Cristóbal Colon. Sin embargo de haber avanzado hasta cabo Rojo, no entraba tanto en la perseverancia del gran maestre de la Orden de Cristo la dilatación de Portugal, como el deseo de propagar el Evangelio, y por esa causa hizo fundar un establecimiento en 1445 en el rio d'Oro, bajo la protección de una fortaleza, para que los suyos pudieran comunicarse con el interior, y trabajar en la conversión de los indíjenas.[1] El noble don Fernando Lopez de Acevedo, fué á Roma de parte del infante, para esponer al papa Martin V que, "el principal objeto de los esfuerzos de su amo era la gloria de Dios y la estension de la fe."[2]

Como es consiguiente la santa sede animaba estos descubrimientos, cuyo fin era al mismo tiempo que conocer la tierra, propagar el cristianismo, y asi dió al piadoso príncipe una prueba de su benevolencia, concediendo a la corona portuguesa un derecho de primacía sobre todas las rejiones que hallase desde el cabo Bojador á las Indias orientales, y al par que amenazaba con los rayos de la Iglesia á quien osara impedirlo, concedia induljencia plenaria á cuantos sucumbieran en la de-

  1. "O Infante como seu principal intento em descubrir estas terras era attrahir as barbaras nacós ao jugo de Cristho, etc. "Joáo de Barrros. Da Asia, decada I. lib. I. cap. VII. p. 57.
  2. Lafiteau. Histoire, etc. lib. I. cap. I. p. 15.