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BAJORELlEVE DE LA CORONACIÓN 91

tífíces, máxime, cuando ya desde los tiempos de San Paulino de Nola figurábase al Espíritu Santo en forma de paloma [1]

Tuvo el artista que ejecutó esta obra que ceñirse y encerrar su composición en muy estrechos límites, y ya por esta circunstancia, como por la manera especial y característica de componer que distinguió á los artífices de los siglos medios, se observa á primera vista, en todo el conjunto que ofrecen las cuatro figuras, aglomeración, estando, si se nos permite la frase, como apretadas y encojidas. La manera como vemos expuesto el asunto es bien sencilla; y revela nó poca inocencia por parte del autor. La espesa capa de vidrio blanco que las cubre, impide, hasta cierto punto, apreciar con exactitud los pormenores de algunas partes, especialmente, de los ropajes, pero, sin embargo, fijándonos en las expresiones de los rostros, en el dibujo de los paños de todas las figuras, en la forma de la columnillas y de los capiteles, y en el conjunto de la composición, y teniendo en cuéntala procedencia del objeto, no creemos aventurar mucho clasificándolo como obra de fines del siglo XIV; y si así fuera, tendríamos la prueba de que al mismo tiempo que en Florencia aplicaba los vidrios á los barros el insigne Lucca della Robbia los ceramistas trianeros usaban el mismo procedimiento, empleando también el azul en algunas partes del rostro. Tales coincidencias, si se medita bien, no son para extrañarnos. Bien sea que los italianos aprendiesen los procedimientos de los sarracenos que en el siglo IX se establecieron en Sicilia; bien que poseedores desde muy antiguo de los secretos del vidriado, se les ocurriese aplicarlo á las obras escultóricas de tierra cocida, es lo cierto, que para nosotros los españoles, no podría sernos desconocido, especialmente en los siglos XIII y XIV, según acreditan textos irrecusables de escritores de aquella época. Enriqueciéronse, entonces, generalmente, con azulejos, los muros y pavimentos de nuestros templos y palacios, y por lo que respecto á Andalucía, empleáronse con verdadera profusión. ¿Qué otra cosa

  1. Epístola XXXII á Severiano. Describiendo las imágenes de la basílica de San Félix dice: «Pleno coruscat Trinitas mysterio: Stat Christus agno, uox patris caelo tonat et per columbam Spiritus Sanctus fluit.»