Página:Historiadelosba00prgoog.djvu/138

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
AZULEJOS DEL SIGLO XV-XVI 111

renacimiento italiano ó las tracerías y adornos del estilo ojival florido. ( [1])

Siendo éste un período de transición, no es extraño que se ofrezcan tales dudas, si consideramos las tres influencias que caracterizaron las producciones artísticas y artístico industriales á fines del siglo XV y en los comienzos del XVI. Las tradiciones ojivales no se habían extinguido, las musulmanas, profundamente arraigadas, uníanse con aquellas en estrecho consorcio, produciendo las bellas obras de un arte que no titubeamos en designar de genuinamente español; y por último, el clásico restaurado, abríase paso entre aquellas dos antiguas tradiciones, imprimiendo sus peregrinos caracteres, lo mismo en la arquitectura que en las industrias artísticas sus auxiliares.

Las muchas aplicaciones que se hicieron de la cerámica polícroma á la arquitectura durante el siglo XV, contribuyeron seguramente, al desarrollo de esta industria. En los edificios profanos, en los palacios y en las viviendas ([2]) empleáronse con verdadera profusión los azulejos de todas las clases, entonces conocidas, porque sus peregrinas combinaciones y sus brillantes esmaltes, no sólo deleitaban la vista, sino que á su cualidad decorativa juntábanse otras de más valor, si se quiere, las de la consistencia é impermeabilidad, el primor y la frescura, muy dignas de tenerse en

  1. He aquí otra muestra de la ligereza con que han tratado los extranjeros de nuestra cerámica. «Las losetas llamadas en España azulejos, que fueron fabricados en tiempos de los moroso almorávides, durante la existencia del reino de Granada (1235-1492) son, ordinariamente, sin relieves, mientras que, los producidos por los moros que permanecieron viviendo bajo lo dominación cristiana hasta su expulsión en 1610, y también por sus continuadores los españoles mismos, son, generalmente, estampados, con muy débiles relieves y parecidos á los fabricados en Francia, que se conservan en el museo de Nantes». Demmin-Guidc. (pág. 272).
  2. El empleo de estos ladrillos (azulejos) está todavía muy esparcido en los países de Oriente y Sud, desde la casa más sencilla hasta el palacio. Las habitaciones suntuosas y los edificios de las ciudades turcas, las egipcias modernas, las ciudades y los pueblos de la Argelia y de toda la costa de África hasta el Estrecho, ofrecen millares de ejemplos. La especie de frescura que parece resultar de este pulido brillante, y el lustre durable de los colores que presentan estos revestimientos, agradan á los habitantes de los países cálidos. Garníer. Hist. de la Céramique. Tomo II, página 95. Cit por Perrot y Chipiez en el tomo de Egipto, pág. 823.