Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/16

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que sustentan los modos de representación del material mítico en su literatura. Por una parte y como se ha señalado repetidas veces, cabe destacar algunas re■exiones del autor apuntadas en “La urna griega en Ia poesía de John Keats“, trabajo crítico redactado en 1946 oue resulta útil como introducción al problema. Así, entre los dos caminos por los que Cortázar considera posible el acceso a los órdenes espirituales dela antigüedad grecolatina, él pre■ere el modo de apropiación en que Keats lo ha hecho: detenernos un momento para analizarlas Iecturasyconcepciones cortazarianas desde dentro, entera y viviente... (p. 41) Él asume [Keats] la mitología (...) como por derecho propio. La asume del mundo mítico enla que empeña la actitud total de su ser sin apropiación literaria sino como recobrando un bien propio y naturaP (p.42) A la noción de mitología como adorno retórico (. . .), opone Keats una visión trad-ición y se opone a una incorporación meramente estética y racional de los valores clásicos. Los contactos que así se han llevado a cabo resultan para él reductivos pues se centran únicamente en un período limitado de lo griego -el siglo de apogeo- y además, no ven en ellos más que los ápices estéticos (p.28). Pero no sólo las concepciones de Keats in■uyen en Julio Cortázar. Los modos de representación de lo clásico que se despliegan en los textos que serán nuestro objeto se relacionan también y remiten necesariamente a una ruptura vanguardista, y más especí■camente al surrealismo en los términos en que el autor lo consideraba. En los relatos, la literatura que se reescribe pierde parte de su valor en tanto que literatura e interesa más como argumento para ser vivido. Este hecho no se explica suficientemente si no es conectado con los aspectos que la lectura cortazariana del surrealismo privilegia: la idea de acercar el campo del arte a Ia vida. Hay una serie de artículos críticos’ que sirven para determinar cuáles son los elementos que retoma, cuáles los que valoriza y cuáles los que deja de lado en su evaluación del movimiento. Uno de los más significativos es el titulado “Muerte de Antonin Artaud” (1948). Allí Julio Cortázar realiza, en primer lugar, 17 Cortázar propone una relación vital con los elementos y materiales de Ia