Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/17

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imposibles de recordar y de describir, es decir inefables, si no fuera por la acción voluntaria de nuestra memoria, que fabrica imitaciones de estas frases furtivas y asi podemos compararlas con las siguientes y notamos diferencias. Luego, lo que quedó para Swann al término de la experiencia musical, en principio, fue una transcripción de la frase, un cambio de lenguaje, que ya no era música pura sino pensamiento. Pero Proust no nos presenta de modo directo esta primera gran experiencia musical de Swann, sino como el recuerdo que retorna involuntariamente, de una experiencia fundante y originaria, como un modelo o paradigma de experiencias musicales. Escuchamos música, pues, como una impresión inefable e inaprehensible, totalmente específica y cuya vaguedad se advierte en la imposibilidad de trad ucirla a otro lenguaje y fundamentalmente de pensarla y expresarla en forma verbal. Cuando esto último se hace, ya no hay experiencia musical propia y la memoria que nos permite retenerla la destruye. La experiencia musical pues consiste en instantes múltiples pero con unidad, en impresiones que se renuevan según un orden imposible de fijar por el pensamiento y la memoria voluntaria. Pero si la música no se fija en nuestro espíritu y se mantiene en su ser pura impresión, no habra’ memoria alguna que pueda recuperarla en su esencia. Por ello su dificultad de desciframiento y las múltiples interpretaciones insatisfactorias a las queda lugar, problema que continuará a lo largo de la Recherche, en torno a las frases musicales vagas y profundas y su posibilidad de pérdida y de no recuperación y en la búsqueda de una concepción adecuada de la música en la relación con las otras artes. Es interesante señalar la afinidad del pensamiento proustiano con algunas ideas de Kant sobre la música entre las bellas artes”. David Sobrevilla" recuerda la clasificación de las artes kantianas y su importancia: son sólo percibidos por el placer individual que producen. Por lo tanto serían (articulación, gesticulación y modulación), cuya combinación da lugar a la comunicación completa del hablante. Hay pues según Kant tres especies de bellas artes: las de la palabra, las formativas y las del juego de las sensaciones. El autor advierte que no se debe juzgar la división de las artes que plantea como una teoría deliberada, sino tan La expresión humana consiste en la palabra, el gesto y el tono