Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/39

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en cuestiones privadas. Para una sociedad "obsesionada por el militarismo", el tema del seruitium patriae que reclamaba el matrimonio y la procreación incluso por medio de leyes, y que amenazaba someter los derechos del individuo a una legislación estatal, podía resultar del más elevado interés, especialmente tratándose de poetas filohelenísticos que hacían profesión de fe en el amor y la poesía pero que se mostraban particularmente reticentes cuando se trataba de formas poéticas ligadas a lo cívico. Si el seruitium amoris se relaciona, no sólo con la idea del seruus como lo contrario del ingenuus, sino además con la idea del servicio a la patria que se reclama de todo ciudadano (ingenui) como acto voluntario de moral pública, se pueden establecer ricas relaciones entre este concepto de seruitium amoris y la militia amoris como dos aspectos de lo mismo, partiendo de la asociación básica de seruitum-militia en el orden político. Tomado en este sentido, el seruitium (cívico-militar) implica una doble función: la salvaguarda del Estado en un acto de responsable libertad ciudadana, por el que todo ciudadano es un potencial miles, otra que implica obsequentia (la obediencia), el máximo sometimiento a algo superior como el bonum commune garantizado por el estado, y la correspondiente obediencia cuyo modelo representa el soldado. En este clima social, no resulta extraño que se desplacen los campos de referencia en función de manifestar, en diversos grados, una oposición oal menos cierto desdén hacia las proclamas augusteas, particularmente entre quienes piensan que la derrota de Marco Antonio no es el triunfo de Roma sino el de Augusto. Así, los elegistas toman el papel mixto del seruus (en cuanto sujeto de seruitium al debe someterse el ciudadano) y del miles, pero su serutium se cumple por sometimiento a la amada (y a sus divinidades tutelares, Venus y Amor), y las batallas que mejor arrostra como miles son las amorosas. Domina es la amada para el poeta desde su situación de esclavitud - no hay ejemplos de que un poeta-marido llame domina a su esposa en el período republicano (Lilja p.77 y ss.). Cuando Tibulo se siente como esposo en la vida campestre con Delia, no la llama domina ya que éste es un término reservado para el ama de casa. Propercio llama domina a Cynthia unas diez veces en los dos primeros libros y en Ovidio aparece treinta veces la palabra domina referida a la amada. Existe el controvertido ejemplo de Catulo (C.68,68) que puede considerarse un antecedente de este uso, y, en caso de admitirse la identifica- 39