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máximas: «Libra á tu cuerpo de todo ataque á su con- servación y desarrollo. Emplea los medios propios para su fortaleza y perlección.»
Para el cumplimiento de nuestro fin, es indispen- sable vivir, y por lo tanto conservar el cuerpo, ins- trumento necesario del alma; las enfermedades, las dolencias y las alteraciones de los órganos traen con frecuencia obstáculos al ejercicio de la razón.
15. La sobriedad, la continencia y la gimnástica.—La so- briedad, la continencia y la gimnástica abrazan, se- gún Platon, todo lo que puede contribuir á dar fuerza, soltura y belleza al cuerpo.
Las funciones de nutrición y reproducción exigen una intervención activa y reguladora del sujeto moral.
Los preceptos esenciales que á ellas se refieren pueden encerrarse en estas dos virtudes: continencia y sobriedad, que consisten en no dar al cuerpo sino lo que le es necesario y útil.
16. La lujuria y la gula, por el contrario, tratan de saciar los apetitos ficticios, destruyendo asi nues- tra naturaleza, cuyas leyes no se violan impune- mente. Las pasiones sensuales pueden convertirse en enemigos de la existencia, cuando la desagradable fantasia traspasa los sabios límites fijados por la na- turaleza. Los vergonzosos y culpables excesos pro- ducen la destrucción del organismo y el envileci- miento del espiritu.