Página:Mitos y fantasías de los aztecas.djvu/57

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de "la Guerra de Reconquista", que se sustentó en la masacre y el despojo. De modo que los aventureros que llegaron a la conquista, eran hombres ambiciosos, con pocos escrúpulos y limitada educación. Ellos venían a hacerse ricos a partir de “rescatar” oro, lo cual quedó claro al final de la toma te Tenochtitlán, cuando a los filibusteros fueron engañados y robados por Cortés en el reparto del tesoro robado. Los compinches de Cortés no querían “tierras e indios”, ellos querían oro y regresarse a España. La enemistad y malestar que esto suscitó entre los conquistadores es escondido y minimizado por los historiadores hispanistas, y será una de las razones por las que Bernal Díaz escribe su libro “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”, como un alegato a la corona para que le recompensara su participación ya en la vejez, porque en general, los conquistadores no recibieron la ganancia que esperaban de la conquista.

Que eran un grupo monolítico.

Los mitos y las fantasías nos hablan de un grupo compacto de “soldados” enviados por el rey de España y y dirigidos por un “capitán”. Totalmente falso. Cortés nunca estudió en una escuela militar y tenía un poco de experiencia en la conquista de Cuba. Más bien, Cortés fue nombrado “capitán” por el gobernador de Cuba que le sub concesionó la expedición para buscar oro a las costas de México. De los 553 expedicionarios, había de toda clase de gente. Desde los “iguales” o mejor posicionados socialmente que Cortés como Alonso Hernández Portocarrero, Alonso Dávila, Diego de Ordás, Francisco de Montejo, Francisco de Morla, Francisco de Salcedo, Juan de Escalante, Juan Velázquez de León (pariente del gobernador), Cristóbal de Olid, Gonzalo de Sandoval y Pedro de Alvarado, muchos de éstos eran veteranos de la guerra de Italia; hasta gente que iba al

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