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XII. EL INICIO DE LA INVASIÓN…
...ambición, traición y engaño.

Cortés recibe la concesión de explorar las costas del Golfo, para “rescatar oro” y preparar la invasión que posteriormente haría el gobernador de Cuba, Diego Velázquez. Cortés no tuvo tratos con la burocracia real y mucho menos con el rey y no tenía “permiso legal” de iniciar una conquista.

En la concesión, los expedicionarios invertían su patrimonio y su persona. La corona por el premiso recibiría el 20% de lo robado. Velázquez otro porcentaje, los inversionistas de España y Cuba también. Lo poco que se sobrara se repartía proporcionalmente entre los expedicionarios según lo que hubieran invertido en dinero, hombres y pertrechos, donde Cortés se llevaba la tajada del león. En cada expedición iban los representantes de la corona que certificaban estrictamente la asignación del 20% del botín robado para la corona y “la justa repartición del botín”.

Cortés desde el principio pensaba traicionar al gobernador y a los inversionistas. Esto se sabe antes de la partida oficial y Velázquez lo manda tomar preso, pero Cortés sale prófugo el 10 de febrero de 1519, la flota abandonó las costas de Cuba.

Consistía aquella armada en 11 naves, con 518

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