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26 MEMORIAS SOBRE LA VIDA

La casa de Ninón á la que se dignó hacerse llevar, le pareció bien diferente del templo académico que sólo frecuentaba él por costumbre y al cual renunció casi del todo. La seducción del corazón siguió en se- guida á la del espíritu, y el vencedor de Rocroy no pudo defenderse de una ternura que hizo la gloria de una amante y la dicha de los dos.

Todos los héroes de Belona no lo son siempre de Venus; el alma más alta de nada sirve en esos com- bates en que el valor no toma parte (1).

El joven principe, hecho para la gloria más inmor- tal lo estaba menos para la voluptuosidad, á pesar de aquel airc :obusto y las señales de fuerza que había recibido de la naturaleza : pilosus aul forlis aut libi- dinosus (dice un proverbio latino que Ninón conocía). ¡Ah! monseñor, exclamó ella un día en sus brazos, preciso que seúis bien fuerte.

Vivió sin embargo mucho tiempo con ella en aquella unión en que le retenía tanto como el amor, la utilidad que de su trato sacaba. Ninón tan merecedora de estima como de amor empleaba su influencia sobre el corazón de sus amantes en regular su conducta, en inspirarles el verdadero gusto de los deberes de su estado. Qué impresión no harian sobre ellos los con- sejos de una muchacha encantadora llena de gracias, de sentimiento y de bellezas espirituales. Asi la fa- mosa Aspasia grababa en el corazón de Perícles aquel arte seductor de la palabra y las máximas más sanas de una política de que hizo tan gran uso.

Aquel joven héroe lleno de amor y de estima por Ninón pasaba junto á ella todos los momentos que

(1) Para tener el valor de Hércules no es preciso tener su vigor. CHAULIEU.