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EL POZO ARTESANAL EN CELAYA.

el vano esfuerzo de fundar nuevos Imperios cuando los viejos se derrumban y tambalea en su caída. Durante la Guerra en los Estados Unidos la fábrica tuvo inmensas utilidades; carga tras carga de mercancías de lana gruesa fue introducida de contrabando a la Confederación del Sur y vendida. Sólo una carga con valor de sesenta mil dólares, fue incautada y decomisada, y el propietario del bien podía permitirse la pérdida. Los productos fabricados son sarapes comunes, que valen de dos a cinco dólares cada uno, mantas, y robustos, casimires rayados de todos los colores, del cual, un diseño para un par de pantalones se vende en dos o tres dólares. La maquinaria es de los Estados Unidos. El edificio y maquinaria cuesta cuatrocientos mil dólares, y la empresa emplea un capital activo de quinientos mil más, y es muy rentable. El principal propietario, el Señor Carosse, es un nativo de las provincias vascas, y uno de los hombres más ricos de México. Llegó aquí sin un dólar hace treinta años, y ahora cuenta su riqueza por miles.

La Ciudad de Celaya tiene ahora suministro de agua pura, a temperatura humana[1], de un pozo artesanal de cuatrocientos pies de profundidad, hecho por su propia cuenta por el Coronel Sariá. Este pozo tiene diez chorros, de una pulgada cada uno, y el agua es gratuita para todos. Puedo atestiguar que un baño en el mismo se encuentra entre los lujos el mundo. Por su liberalidad y espíritu público en esta materia, el coronel Sariá fue agradecido en una resolución del Congreso del estado de Guanajuato, firmada por todos los miembros. Frente al lugar en este magnífico pozo está situado, en la de centro una hermosa plaza con naranjos en completa producción y miles de hermosas flores, hay una gran fuente, y una alta y muy agraciada columna, coronada con las armas de México, esculpido llamativamente y pintado con

  1. N. del T. Blood Heat