los colores apropiados. Esto fue erigido en el año 1822, en conmemoración de la independencia de México.
A veinticuatro millas de Celaya, hay un pueblo llamado Salvatierra, que se dice es el más próspero en México. Hay una fuente ilimitada de potencia hidráulica en ese lugar. En el distrito de Guanajuato, dentro de un circuito de quince millas, hay un estimado que, en este momento, de cuarenta millones dólares de mineral de plata, que producirá veinticinco dólares por tonelada; pero debido a los gastos de reducción, no vale la pena trabajarlo para nada, y ahora yace sin valor en la superficie de la tierra.
Un ferrocarril de unas cien millas, a través de un valle maravillosamente rico, sin obstáculos de Ingeniería en ningún lado, conectaría las dos Ciudades, y le permitiría al constructor tomar utilidades de $20,000,000 de este mineral ya afuera; sin decir nada del futuro. Con energía hidráulica ilimitada, y molinos de estampa americanos, se podría tener enormes beneficios de trabajar este mineral. La administración de Juárez no otorgará más franquicias, de ferrocarriles para ser coyoteados por especuladores; pero si alguien en los Estados Unidos o Europa, desea construir un ferrocarril de buena fe, esta es una oportunidad para hacerlo, y ganar fama y fortuna. La gente está muy ansiosa de tener a alguien que tome la empresa.
Salimos de Celaya temprano el 10 de diciembre, y conducimos a un ritmo traqueteante, sobre un camino que estaba entonces siendo arreglado y para poner en perfectas condiciones, una distancia de unas doce leguas, o treinta millas inglesas, a Querétaro. Nuestro camino nos llevó a través de un amplio y hermoso valle, lleno con pequeñas pueblos—nadie piensa en estar solo en este país, toda la gente se hacina
