las investigaciones geológicas, y también de la opinión del Barón Von Sontang.
"La temperatura de este enorme cono mutilado, durante la temporada de verano, es cerca de veintidós grados bajo cero, Fahrenheit. Los bordes alrededor de la boca de su cráter tienen más de cinco mil metros de circunferencia.—Aquellas partes que permiten descender al cráter, tiene una superficie de unos veinte metros, están cubiertas con nieve, y son conocidos como ”bordes interiores”; después de esto hay varias rocas de basalto y pórfido, colgando hacia fuera sobre el abismo, una que es especialmente digna de mención por sus enormes dimensiones; en su superficie estaba ubicado el malacate o molinete, sosteniendo un cable, por medio del cual una persona fue habilitada para descender a una proyección en pendiente, y desde allí a la Plaza horizontal del cráter.
"La altura del malacate a la mencionada pendiente es de unos ciento cincuenta metros, y su profundidad total unos trescientos; la superficie de la Plaza tiene unos doscientos metros de circunferencia y la de longitud de la pendiente unos seiscientos; la temperatura interior cambia, según la proximidad de los respiraderos o sulfataras.
"La Plaza horizontal del cráter contiene numerosas y ricas capas de azufre; de toda parte columnas de humo más o menos densas y fumarolas mortales son emitidas, elevándose hacia la gran apertura, aventando vapores sulfurosos. Entre las principales sulfataras, unas sesenta son especialmente dignas de mención, pero principalmente hay veintidós, cuyos lados de color amarillo dorado denotan la abundancia de azufre que contienen; solo una de estas sulfataras tiene unos dieciocho metros de circunferencia, y tiene varios respiraderos en su centro, desde donde escapa un silbido, mucho parecido al de la válvula de una locomotora abierta a la mitad: desde luego, se emite una enorme cantidad de humo sulfúrico de estas hermosas sulfataras, que se puede contar entre las mejores del mundo.
"Luz de día completa reina en el fondo del cráter, como los rayos del sol penetran hacia abajo en él, y por esta circunstancia, una escena más pintoresca o imponente ciertamente no se puede imaginar; pero todo esto cambia muy rápidamente
