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UNA BUENA TRANSACCIÓN DE NEGOCIOS.

dinero por lo que lo obtienen y se salen con la suya. He oído miles de historias ilustrativas de las prácticas de extranjeros de esta clase en México; un par será suficiente para transmitir una buena idea de la conducta de quienes están acostumbrados a denunciar a los mexicanos, en los peores términos, por supuesta deshonestidad y poca fiabilidad.

Durante la intervención francesa, una gran casa de importación Europea, hacia negocios en el Occidente de México, trajo a puerto una gran factura bienes en Manzanillo, cuyo puerto estaba en posesión de los republicanos. La Ciudad a la que deseaban enviar las mercancías para la venta, estaba en posesión de los imperialistas, y debían lidiar con ambos grupos para poder pasar la mercancía a través de las líneas de las fuerzas opositoras. En consecuencia, ellos propusieron a las autoridades republicanas pagar los derechos, de forma contingente. Diciéndoles, que los imperialistas con toda probabilidad dejaría pasar las mercancías, pero no había certeza de que lo hicieran, propusieron darle a la República promesas de pago, pagaderas a la confirmación de que la mercancía había pasado. Los republicanos desesperadamente necesitados de fondos aceptaron, y dieron recibos a ser mostrados a los imperialistas como evidencia de que las mercancías ya habían pagado impuestos.

Las mercancías pasaron sin problemas, y fueron vendidas con muchas ganancias dentro de las líneas imperialistas, el cobrador de impuestos imperialista convencido que ya habían pagado fuertes impuestos, y que sería erróneo exigir un segundo bajo las circunstancias. Luego, cuando se presentaron las promesas para pago, los que las emitieron respondieron: "¡Oh! ¡pero no eres representante del Gobierno de México! Los gobiernos de Europa