a través de los campos hacia la ciudad, y las campanas comenzaron a repicar de cada torre en la Ciudad y sus suburbios. El número de campanas que así enviaban sus voces de bienvenida al extranjero, difícilmente fueron menos de cien, y los campaneros tocaban como si su vida y muerte dependiera de sus esfuerzos.
Cuando la procesión llegó a la Plaza, dos finas bandas de bronce—todos los músicos eran nativos de Cholula—tocaban sus Aires más animados, el Prefecto político y el Ayuntamiento de la ciudad llegó a dar la bienvenida al Sr. Seward, y su grupo, desmontando de los carruajes, marcharon hacia el Ayuntamiento, la totalidad de la población, hombres, mujeres, y niños, con ansiosa curiosidad representado por sus características, lo seguian, o corriendo a su lado. En la sala, detrás del escritorio del Prefecto, estaba la imagen de cuerpo entero de la Virgen de Guadalupe, y en el escritorio había dos cetros de plata con globos en la punta con el águila y el nopal de México. Estos emblemas de autoridad no son diferentes en apariencia a el cetro representado en la imagen de Cromwell disolviendo el Parlamento, cuando exclama, "¡llévense esa chuchería de tonto!"
El Prefecto hizo un discurso calido y sentido a nombre el pueblo y el Ayuntamiento de Cholula, dando la bienvenida al Sr. Seward y sus amigos a la hospitalidad de la antigua ciudad, y aludiendo en términos afectivos a los servicios prestados a la causa mexicana de independencia, a través de él, por el Gobierno y pueblo de los Estados Unidos; a lo que respondió el Sr. Seward:.
Señor: La asistencia de las autoridades civiles del distrito, el personal completo del municipio de Cholula, y más que ambos, la sería procesión de ciudadanos y reunión considerada de su gente,
