Página:Pensamientos (Rousseau) - Tomo II.djvu/168

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Roma adquirió la libertad por una muger; los plebeyos obtuvieron el consulado por una muger; la tiranía de los decemviros acabó por una muger; por las mugeres Roma sitiada fué salva de las manos de un proscripto. ¿Que hubiérais dicho vosotros, petimetres del dia, al ver pasar esta procesion tan ridícula á vuestros ojos burlones? La hubiérais acompañado con vuestros gritos y silbidos. ¡Con que diferentes ojos vemos nosotros los mismos objetos! y quizá todos tenemos razon. Formad esa comitiva de bellas damas francesas, yo no conozsco cosa mas indecente; pero componedla de Romanas, y todos tendréis los ojos de los Volscos y el corazon de Coriolano.

¡Oh mugeres, mugeres! ¡objetos amados y funestos, á quienes la naturaleza adornó para nuestro tormento, que castigais cuando se os resiste, que perseguis cuando se os teme, cuyo odio y amor son igualmente dañosos, y que no se os puede huir ni buscar impunemente! ¡Belleza, gracia, atractivo, simpatía, ser ó quimera inconcebible, abismo de dolores y de deleites! ¡Belleza mas terrible á los mortales que el elemento en que te se ha hecho nacer, desgraciado de aquel