Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/273

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y súditos, se limita cada uno á su negocio, sin meterse en el de otro: nos seria muy dificil de juzgar. Glauc. Dificilícimo por cierto. Soc. De consiguiente, esta virtud, que contiene á cada ciudadano en los límites de su deber, anda á la par con la prudencia, la fortaleza y la templanza, en órden á la perfeccion de la sociedad civil. Glauc. No tiene duda.

Soc. Qué otra cosa pues que la justicia podria competir en este punto con las ventajas de las otras tres virtudes? Glauc. Ninguna otra. Soc. Convenzamos de esta verdad de este otro modo. Los magistrados en nuestra república no estarán encargados de pronunciar sobre las diferencias de los particulares? Glauc. Sin duda. Soc. Qué otro fin se propondrán ellos en sus juicios, que el de impedir que nadie se apodere del bien de otros, ó que no sea despojado del suyo? Glauc. Ningun otro. Soc. Como que esto es justo? Glauc. Ciertamente. Soc. Esta es aún otra prueba de que la justicia asegura á cada uno la posesion de lo que es suyo, y el libre exercicio del empleo que le corresponde. Glaucon Así es. Soc. Ved si sois vos del mismo parecer que yo. Que el carpintero se ingiera en el oficio del zapatero, ó el zapatero en el del carpintero, que hagan ellos una permuta de su herramienta y del jornal, ó que el mismo hombre trabaje en los dos oficios á un tiempo, y que todos los demas oficios anden así trocados; creeis vos que este desórden causase algun grave