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EL PRÍNCIPE FELIZ


Toda la noche mira las estrellas y cuando la estrella de la mañana brilla él pronuncia un grito de alegría, y después calla. Al mediodía los leones amarillos bajan a la orilla del agua a beber. Tienen ojos como berilo verde, y su rugido es más fuerte que el rugido de la catarata."

"Golondrina, Golondrina, pequeña Golondrina," dijo el Príncipe," lejos de la ciudad, al otro lado veo a un hombre joven en un ático. Él está inclinado sobre una mesa cubierta con papeles, y en un vaso a su lado hay un montón de violetas marchita. Su cabello es marrón y crispado y sus labios son rojos como una granada, y tiene ojos grandes y soñadores. Él está tratando de terminar una obra para el director del teatro, pero está demasiado frío para escribir. No hay ningún fuego en la parrilla, y el hambre le ha hecho débil."

"Esperaré contigo una noche más," dijo la golondrina, que realmente tenía un buen corazón. “¿Quieres que le lleve otro rubí?”'

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