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EL GIGANTE EGOÍSTA
QUIEN TRAPASE
SERÁ CASTIGADO |
Era un gigante muy egoísta.
Los niños pobres tenían ahora donde jugar. Intentaron jugar en la carretera, pero la carretera estaba muy polvorienta y llena de piedras duras y no les gustaba. Solían vagar alrededor del alto muro después de sus clases, y hablaban del bello jardín de adentro. "¡Que felices éramos allí!" dijeron entre sí.
Luego llegó la primavera, y en todo el país había florecitas y pajaritos. Sólo en el jardín del gigante egoísta era invierno todavía. Las aves ya no cantaban en el como no había ningún niño, y los árboles se les olvidó florecer. Una vez una hermosa flor sacó su cabeza de la hierba, pero cuando vio el aviso le dio pena por los niños
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