Paso

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​¡Paso!​ de Práxedis G. Guerrero

Del montón de nubes que arremolina el huracán entenebreciendo el cielo, sale la espada flamígera que esgrime invisible brazo y con zigs-zags deslumbradores escribe en la página rugiente de los negros vapores la palabra ¡PASO! Cuanto más densa es la sombra, más resplandece el brillo de esa espada.

Del turbión de odios que nos cercan; del negro seno de las tempestades que la tiranía desencadena en torno de nuestras frentes, sale la espada invulnerable de la Idea y escribe con los relámpagos del verbo, en las entrañas mismas de las tinieblas, cuartillas de honor al grito inextinguible: ¡PASO!

Caminamos sin desfallecer hacia la cima: hallamos obstáculos; las rocas no nos detienen; si encontramos abismos que nos cortan la marcha, echamos sobre ellos, como un puente, la palabra ¡PASO!, y pasamos. En medio de siniestra selva de puñales, apartando malezas; saltando del campo al taller, del calabozo a la tumba, del colegio al cuartel; flagelando al apretado ejército de traidores y espías, echamos pie adelante diciendo: ¡PASO!

Nuestro avance no se estaciona a contemplar las toscas paredes que oprimen a nuestros hermanos; el espíritu indomable de ellos ha quebrantado los cerrojos y cruzado los cuerpos de guardia; ha dicho desdeñosamente a los centinelas: ¡PASO! y ha seguido a nuestro lado la ruta del porvenir.

Hombres quiméricos, arrojados por criminal ocaso a la cumbre del poder, torpes, sonámbulos ¿que no sentís la gestación del fuego? La montaña os lanzará al abismo cuando explote rugiente: ¡PASO!

Del fondo del antiguo cofre que guarda las históricas y queridas reliquias, se ha sacado una: manos bellas y delicadas van a ceñiría al bizarro busto del guerrillero: la blusa roja, terror de los galones, dice a los pretorianos: ¡PASO!

El viejo sable de Ayutla y la Reforma salta impaciente en la enmohecida vaina ... ¡PASO! a las armas heroicas de las luchas redentoras.

Llegamos con el corazón sereno a la puerta de la muerte gloriosa y llamamos con el puño del acero exclamando: ¡PASO!

Práxedis G. Guerrero Revolución, N° 14 del 14 de Septiembre de 1907.