Reflexiones o sentencias: 29

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§ 281. Nos oponemos tan porfiadamente á las mas recibidas opiniones, mas de ordinario por orgullo que por falta de luces: hallamos tomados en el buen partido los mejores lugares, y no queremos los últimos.


§ 282. No sentimos la pérdida de nuestros amigos segun su mérito; sino segun nuestras necesidades, y segun la opinion que creemos haberles hecho tener de lo que valemos.


§ 283. Fácilmente nos consolamos de las desgracias de nuestros amigos, por cuanto nos dan ocasion de manifestarles nuestra ternura.


§ 284. Parece que triunfa la bondad de el amor propio, y que éste se olvida de sí mismo, cuando trabajamos en utilidad de los otros. Sin embargo , esto es tomar el camino mas seguro para llegar á sus fines; es prestar á usura bajo pretexto de dar; es en fin ganarse á todos por un medio sagaz y delicado.


§ 285. Ninguno merece ser alabado de bueno, si no tiene la fuerza necesaria para ser malo; pues cualquiera otra bondad no es por lo regular mas que una pereza, ó una impotencia de la voluntad.


§ 286. Es muy difícil el distinguir la bondad general y comun á todos, de la gran sagacidad y astucia.


§ 287. No es tan peligroso hacer mal á la mayor parte de los hombres, como hacerles demasiado bien.


§ 288. Para poder ser siempre buenos, es necesario crean los demas que nunca pueden ser para con nosotros impunemente malos.


§ 289. Nada lisongea mas nuestro orgullo, que la confianza de los grandes; pues la miramos como un efecto de nuestro mérito, sin considerar que solo proviene las mas veces de vanidad ó de impotencia para guardar el secreto.


§ 290. La confianza de agradar es por lo comun un medio de desagradar infaliblemente.