¡Oh, vén!

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II

¡OH, VÉN!...



¡Oh, vén! en el seno mío
Vén á reposar tus sienes;
Si ya rebaño no tienes,
Aquí tus lares están.
Aquí una sonrisa encuentras
Que no empaña nublo insano;
Y un corazón y una mano
Que jamás te faltarán.
¿De qué el amor serviría
Si no brillase lo mismo
Sobre el espantoso abismo
Que en el mágico pensil?
No sé yo, saber no quiero,
Si es tu corazón culpado;
Sé que eres mi único amado,
Yo tu amante veces mil.
Angel tuyo me llamaste
En momentos de ventura;
Quiero en horas de amargura
Como ángel guïar tu pie.

Entre tanto horror no temas
Que jamás de ti me aparte;
¡Vengo á escudarte, á salvarte,
O contigo me hundiré!