¿Qué ceguedad me trujo a tantos daños?
Apariencia
- Soneto V
¿Qué ceguedad me trujo a tantos daños? ¿Por dónde me llevaron desvaríos, que no traté mis años como míos, y traté como propios sus engaños? ¡Oh puerto de mis blancos desengaños, por donde ya mis juveniles bríos pasaron como el curso de los ríos que no los vuel[v]e atrás el de los años! Hicieron fin mis locos pensamientos: acomodóse el tiempo a la edad mía, por ventura en ajenos escarmientos. Que no temer el fin no es valentía, donde acaban los gustos en tormentos, y el curso de los años en un día.