Academias: La Aurora
Ir a la navegación
Ir a la búsqueda
A comenzar el día, pronóstico del sol, naces, Aurora, de su venida bella embajadora, que a decirla te envía, y en montes la pregonas con reflejos, remendando a pedazos los más lejos; procurando que el prado prevenga al colorín, pensil alado, chirimía de pluma de la selva, las bugetas de olores que duermen yerbas y recuerdan flores; al músico arroyuelo sonoroso, del puro hacer gargantas espumoso, que cantando y volando se dilata, músico de cristal, ave de plata; y, al punto, el sol renuncia el horizonte porque se iguale el llano con el monte, y extiende, por teñir la negra sombra, alcatifas de luz, bordada alfombra.