Que de tus guerras le truje
(muchos saben que no miento)
los despojos de los moros
por aquestas manos muertos,
esclavas le truje algunas
que en mi nombre la sirvieron,
que fue dicha suya y mía
tener tan hermoso dueño.
En su casa entré una tarde,
entré con atrevimiento
a visitarla y hallóme
su viejo padre saliendo;
con disculpas mentirosas
vencer su sospecha intento;
no aprovecha; al fin le digo
que por último remedio
me dé a Beatriz por esposa;
pues sabe que no es más bueno
que yo, si bien es más rico.
Vino en aqueste concierto
si tu licencia traía;
contento a palacio vengo
y a don Juan de Aragón pido...
¡Mal haya mi encogimiento!
...que te la pida en mi nombre.
Él, con injusto deseo,
te la pidió para sí;
juzga tú si fue bien hecho.